REFUGIADO AFGANO
En una cafetería de Belgrado se venden las obras de arte de un niño afgano de tan solo 10 años que posee un auténtico don con los pinceles.
El chico, Farhad Nouri, que vive junto a su familia en un campo de refugiados serbio, se ganó con su maestría artística la atención de una ONG, que le propuso exponer. Pero el pequeño afgano no solo es un artista, sino que también tiene un corazón de oro: la recaudación de sus obras plásticas van destinadas a pagar el tratamiento médico de otro menor de edad serbio que fue operado de un tumor cerebral.
Nouri y su familia se vieron obligados hace dos años a huir de su lugar de origen por la guerra y la pobreza. Con la única mochila de la esperanza, buscaron refugio en países de la UE, pero al endurecerse las restricciones de inmigración se quedaron en un campo de refugiados de Serbia.
Al llegar, los encargados del campo descubrieron el gran secreto del niño que ya es conocido como 'el pequeño Picasso', que no podía ser otro don con ese apodo que el de la pintura. Le aconsejaron matricularse en clases de pintura, lo hizo y ahora recrea imágenes de sus temas favoritos y sus ídolos, como Salvador Dalí, aunque la mayoría de sus pinturas tienen en común retratos de situaciones de su vida cotidiana en el campamento de desplazados donde ya llevan ocho meses.
Sus pinturas se exhiben y venden en un café en Belgrado y hasta firma algún que otro autógrafo, el primer paso para cumplir su sueño de vivir en Suiza y lograr ser un gran pintor.