Conflicto con Rusia
En caso de necesidad, Estados Unidos enviaría más buques cargados de gas licuado. Algunos países europeos dependen casi al 100% del gas procedente de Rusia.
La situación entorno a Ucrania eleva la preocupación por el suministro de energía en Europa. Muchos países dependen del gas ruso. La Unión Europea ha cerrado un acuerdo con Estados Unidos para aumentar sus envíos de gas a los 27.
Un acuerdo que se celebra a los dos lados del Atlantico. En caso de necesidad, Estados Unidos enviaría más buques cargados de gas licuado. Si fuera necesario, los buques harían parada en España, en las plantas regasificadoras que salpican las costas españolas, y que están entre las más avanzadas de Europa. Ahí, ese gas se somete a un proceso que lo devuelve a su estado natural. Sería conducido por la red de gasoductos hacia Europa, donde en muchos países puede ser esencial.
En torno al 40% del gas consumido en Europa procede de Rusia, aunque el porcentaje varía sensiblemente entre unos países y otros; en algunos casos llega al 80 %, mientras que para España representa un modesto 9,8%.
Reducir la demanda de gas
Si no es suficiente con aumentar el suministro, habría que reducir la demanda. Los expertos consideran que hay margen en su reducción en la calefacción, procesos industriales y para producir electricidad.
Para conseguirlo, indican, debería centrarse en el reemplazo del gas por otro tipo de plantas y de usos de otras energías como la solar para producir electricidad.
Por su parte, las empresas europeas ya se están preparando para el impacto que tendrían las sanciones económicas que la Unión Europea y Estados Unidos prevén imponer a Rusia si agrede a Ucrania. Se espera que los flujos de capital se vean afectados por unas sanciones cuyos detalles no se conocen, pero entre las que se baraja cortar el acceso de Moscú a los mercados financieros y restringir sus exportaciones.