Es una joya en medio de un paraiso como Las Maldivas. Perla es el nombre del único restaurante bajo el océano de todo el planeta. Se encuentra a cinco metros de profundidad, en medio de un arrecife de coral, en el que casi se puede acariciar a los peces. Incluso, a los que nos pueden dar miedo.
Para no quedar deslumbrado por los rayos del sol y por tanta belleza, se recomienda el uso de gafas de sol.
Los comensales se quedan tan fascinados viendo las especies marinas que casi se olvidan del menú, en el que por supuesto no falta el pescado, y en el que hay que pagar unos doscientos euros.
Los clientes no inmortalizan los suculentos platos. Prefieren grabar lo que les rodea.
Una empresa especializada en la construcción de acuarios se encargó del diseño. Se fabricó en Singapur, se trasladó de una pieza hasta Las Maldivas y se instaló. El precio de la obra fue de unos cuatro millones de euros. Más de cuarenta mil personas han comido en un lugar en el que no desentona nada que se te haga la boca agua.
Ahora, tras cumplir cinco años, la cadena de hoteles de lujo a la que pertenece el restaurante ha decidido convertirlo en suite. El precio por noche se desconoce.