EN NORUEGA
La torre de control remoto no tiene cristales y ni siquiera está en un aeropuerto. Los controladores que trabajan en ella no se sientan frente a las pistas de aterrizaje. De hecho pueden estar a cientos de kilómetros. Toda información que necesitan la tienen en unas pantallas: previsiones meteorológicas, datos de cada vuelo y hasta la velocidad de los aviones.
Según Gonzalo Martínez, responsable de la Asociación de Controladores Tránsito Aéreo, se trata de "nuevas herramientas para que el controlador pueda hacer su profesión, recibir más información que te permita gestionar mejor y más tráfico".
En lugar de torres de control lo que habría en el aeropuerto serían decenas de cámaras que permitirían una visión en 360 grados de las pistas. "Añaden cámaras infrarrojos para condiciones de baja visibilidad. Se añaden cámaras de zoom para poder ver en zonas concretas del aeropuerto", afirma Cristina Morales, Jefa de Proyectos de Indra.
Por ahora, es solo un proyecto que ya se ha probado con éxito en España y que se instalará el próximo año en Noruega. Allí se espera que una sola de estas torres remotas pueda dar servicio hasta 32 de los 46 aeropuertos del país.