EL SMARTPHONE EXTREMEÑO
Le llamaban el Steve Jobs de Extremadura. Presumía de haber creado en su comunidad un particular Silicon Valley. Su invento, su gran negocio, era una generación de móviles de alta gama a un precio muy asequible: 145 euros y unas características técnicas por encima de la media.
Su logotipo es una bellota mordida, quizá para dejar claro que sus teléfonos eran 100% extremeños. Todo parecía ir bien hasta que algunos de sus clientes se dieron cuenta de que detrás de una carcasa fija se escondía su verdadera procedencia: el terminal estaba fabricado en China.
Al comparar los dos terminales, el chino y el extremeño, parecen idénticos. El smartphone es exactamente el mismo. La marca había conseguido abrirse un hueco en el mercado y en sus primeras semanas, agotaron sus 1.200 unidades.
Sin embargo, el negocio continúa porque Zetta, así se llama el Smartphone extremeño, cuenta todavía con ocho puntos de distribución.