MÁS PROBLEMAS PARA LA EXTENISTA
Lo ganó todo en la pista. Hizo historia en el deporte español. Y, cuando se retiró, dijo que quería una vida tranquila: "Ya me toca". Pero ha tenido de todo menos tranquilidad. Arantxa Sánchez Vicario se casó, con toda su familia en contra. Pronto Hacienda le reclamó 5,2 millones por impuestos sin pagar. Y ella acusó a sus padres de haber dilapidado su fortuna.
Muchos la recuerdan más por este momento que por sus trofeos: "Todos los padres hacen lo mejor para sus hijos, sin embargo, conmigo, han ejercido un control y una protección que me han anulado en muchas ocasiones".
Nombró gestor de su patrimonio a su marido y se alejó todavía más de su familia. Quiso poner distancia de por medio y se fueron a Miami, donde compraron un piso en una exclusiva torre.
Ahora el Banco de Luxemburgo les reclama todavía 7,5 millones y por eso pueden terminar en la cárcel. Sus abogados tienen cinco días para presentar alegaciones a la petición de prisión.
Pero aquí no acaba el culebrón. Su marido le acaba de pedir el divorcio... y la custodia de sus dos hijos.