Vacaciones de verano
El número de españoles que buscan climas más frescos para sus vacaciones ha aumentado significativamente. Entre los motivos principales encontramos las olas de calor, la masificación y el presupuesto.
El sol, la playa y, en definitiva, el calor, sigue siendo lo más buscado por los turistas en verano. Aun así, cada vez son más las personas que, motivadas por las continuadas olas de calor, buscan reservar sus vacaciones en localizaciones con climas más frescos.
Este aumento de temperatura está provocando un impacto sobre el turismo que está generando una tendencia a elegir el centro y norte del continente europeo como opción predilecta, generando una transformación en el sector turístico.
La comisión europea de viajes ha informado que este verano el turismo en países mediterráneos ha decaído un 10% respecto al año pasado. Entre los principales motivos que ha encontrado la comisión se encuentran la alta temperatura del mar, que ronda los 30 grados, las continuas olas de calor y la masificación.
En España, comunidades como Galicia, Asturias, Cantabria o País Vasco, se han proclamado como los nuevos destinos de preferencia para muchos ciudadanos españoles, recogiendo una gran cantidad de turismo español mientras que el resto del país se beneficia del turismo internacional, sobre todo el francés, alemán y británico.
A pesar del posible cambio de tendencia vacacional y las elevadas temperaturas, las provincias afectadas están adaptando muchas actividades para evitar el calor, promoviendo tours, actividades marítimas, fiestas y excursiones que tienen lugar por la noche.
Este verano no solo se está cambiando el destino sino que también la fecha. Cada vez son más los turistas que se decantan por viajar en los meses tardíos del verano e incluso en octubre para, de esta forma, lograr evitar el turismo de ciudad en julio y agosto.
Este cambio no se debe únicamente al clima o a la masificación, sino que entra en juego el factor económico. Las ofertas y los precios van a ser más económicos en el norte y en los meses posteriores a julio y agosto.
Todos estos factores están desestacionalizando el turismo español. Algo en principio positivo debido a que si la carga turística se reparte a lo largo de más meses, la industria turística puede seguir creciendo en España. Además, aprovecharíamos la ventaja que tiene nuestro país al contar con atributos como el sol y la playa.
Ahora bien, a largo plazo es difícil pronosticar si resultará beneficioso este cambio ya que las variaciones meteorológicas se producen en un espacio temporal muy corto. A su vez, no se puede hablar de cambios drásticos ni repentinos. En el caso de que se produzcan, tendría lugar en muchas décadas.