Turismo
En nuestro país existen cerca de un centenar de centros termales. Normalmente son antiguos asentamientos que los romanos ya ensalzaron por las propiedades de sus aguas. Uno de los más importantes, y destino popular para miles de personas, lo encontramos en Lanjarón, a los pies de Sierra Nevada.
Relajarse y cuidar la salud son dos de las razones para descansar en un balneario. Pero, además, este reclamo turístico es un impulso para las economías de muchas comarcas. En España hay más de un centenar y hemos visitado uno de los más populares.
Se trata de Lanjarón, cuyo nombre procede del árabe y significa "tierra de manantiales". ¿Qué propiedades tiene el agua de Lanjarón? "Pues muchas, porque es un agua muy limpia, y no le hace daño a nadie por mucha que bebas", nos comenta un anciano vecino que se sienta cada mañana al frescor de una de las numerosas plazas de este bello municipio de Sierra Nevada.
Propiedades diuréticas, digestivas, para favorecer el apetito, relajantes; las cualidades de las aguas termales están fuera de toda duda desde hace siglos y en contra de lo que pueda pensarse cada vez más gente acude a este tipo de turismo. "¿Qué haces en este bar de aguas que llaman?", le preguntamos a uno de los termalistas. "Pues pasarlo bien. Pasar el día aquí con los amigos", nos comenta un joven rodeado de sus compañeros. "Esto es un gustazo para el cuerpo. Deberíamos venir una vez al mes, por lo menos", afirma una asidua de estos baños.
La ocupación va viento en popa, pero la subida de costes ha reducido la rentabilidad, "Todo este agua hay que calentarla por encima de 73 grados para luego enfriarla a la temperatura, por ejemplo aquí, a treinta y tres grados a treinta y seis para poder darlo. Por lo que el coste del calentamiento y el enfriamiento es muy importante", comenta Miguel Mirones, de la empresa Relax Termal, propietaria del principal centro de la localidad.
El 80% de la economía de Lanjarón depende de este sector. Es una ciudad de montaña en la que el peso del sector servicios es muy importante: restaurantes, bares, tiendas de souvenirs, hoteles, son muchos los puestos de trabajo que dependen del termalismo.
Termalismo, gastronomía e historia. Celebridades de todas las épocas han venido desde hace siglos a relajarse aquí, entre ellos, el granadino más famoso del último siglo. "Este es el piano en el que Federico García Lorca tocaba con Manuel de Falla", nos muestra Francisco Gálvez, gerente del Hotel España, uno de los establecimientos con más solera de Lanjarón.
Todos los veranos, Federico y su madre reservaban la misma habitación de este hotel que se conserva tal y como estaba en la década de los 30, antes de que estallase la Guerra Civil en la que el poeta fue asesinado. En definitiva: un lugar visitado desde hace siglos por los más ilustres personajes buscando calma y sobre todo salud.
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