DEFIENDE EL ACUERDO CON LOS SOCIOS EUROPEOS
El primer ministro griego, Alexis Tsipras, defendió el acuerdo alcanzado con los socios para un tercer rescate, pues, afirma, ha abierto la posibilidad a obtener un desembolso mucho mayor a cambio de los mismos esfuerzos. En una entrevista con la emisora de radio de Syriza Sto Kokkino, Tsipras aseguró que al comienzo de las negociaciones hace seis meses los acreedores solo estaban dispuestos a desembolsar el dinero del segundo rescate que quedaba pendiente y "los países del norte" (...) "no querían dar ni un solo euro fresco" a los "vagos" griegos.
"Las tesis en el Eurogrupo eran que Grecia debía cumplir el programa anterior, el de (Andonis) Samarás", con una serie de compromisos, que son "exactamente los mismos" que ahora, solo que con la diferencia de que el dinero disponible era de unos 12.000 millones de euros para cinco meses, dijo Tsipras. "Ahora hemos pasado a 86.000 millones de euros para tres años", precisó para añadir que lo importante es además que el nuevo rescate, en caso de firmarse, contempla que una vez que se haya concluido la primera evaluación del programa en noviembre se hablará del alivio de la deuda, algo que el Gobierno había convertido desde el principio en uno de sus principales caballos de batalla.
Tsipras reconoció que, si durante la negociación con los líderes de la Eurozona el pasado 12 de julio hubiera hecho lo que le pedía "el corazón", levantarse de la mesa y marcharse, se habría producido inmediatamente un hundimiento bancario. "Si hubiera hecho lo que me pedía mi corazón durante esa negociación de 17 horas" se habría producido una serie de acontecimientos que hubieran llevado a la pérdida de todos los depósitos bancarios, aseguró.
Según Tsipras, primero habrían cerrado las sucursales de los bancos en el extranjero y luego el Banco Central Europeo habría dejado de aceptar las garantías de los bancos griegos a cambio de los créditos de emergencia, lo que acabaría conduciendo a la quiebra de todos los bancos y a la consecuente pérdida de los depósitos. Tsipras señaló que solo podía optar entre "una victoria pírrica o un acuerdo", y añadió que no se arrepiente "ni un solo momento" de lo que ocurrió en cinco meses de negociación.