Tampoco los impondrá a Australia, Argentina, Brasil y Corea Sur
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, instruirá a su equipo a imponer aranceles por valor de unos 50.000 millones de dólares contra China para contrarrestar sus "prácticas injustas" en el comercio tecnológico, una medida que puede desatar una guerra comercial entre las dos potencias. La Casa Blanca confirmó la medida justo antes del anuncio oficial de Trump, y aseguró que, por otra parte, el presidente pedirá a su equipo demandar a China ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) por supuestas violaciones de leyes comerciales.
Los aranceles, que irán de la mano de restricciones a la inversión china en Estados Unidos, suponen la medida más dura que el Gobierno de Donald Trump ha impuesto hasta ahora a China, y el gigante asiático ya ha amenazado con posibles represalias.
Paralelamente, Trump decidió dejar fuera del aumento de aranceles a la importación de acero y aluminio a la Unión Europea (UE), Australia, Argentina, Brasil y Corea del Sur, además de a sus socios del TLCAN, Canadá y México, una medida que entrará en vigor este viernes. "Lo que (Trump) ha decidido hacer es suspender la imposición de tarifas a estos países", declaró ante el Comité de Finanzas del Senado el responsable de Comercio Exterior, Robert Lighthizer.
Trump causó alarma a principios de mes al anunciar su intención de imponer nuevos aranceles a la importación de acero, de un 25 %, y de aluminio, de un 10 %, los cuales, según dijo en un principio, afectarían a todos los socios comerciales del país. Sin embargo, el anuncio de Lighthizer refleja la decisión del presidente estadounidense de ceder, al menos de manera temporal, a las presiones recibidas por la Casa Blanca, tanto por parte de sus principales socios comerciales como por algunos miembros del Gabinete.