SEGÚN UNA PUBLICACIÓN BASADA EN LA EPA
La tasa de empleo de los varones inmigrantes ha crecido más del doble que la de los españoles de origen en los años 2014 y 2015, al aumentar un 10,7% en el primer caso, frente al 4% en el segundo.
Así consta en el último número de 'Focus on Spanish Society', publicación editada por Funcas, que señala, sobre la base de las Encuestas de Población Activa, que entre el primer trimestre de 2014 y el último de 2015, el número de inmigrantes económicos ocupados (16-69 años) creció en más de 100.000 personas (de 744.500 a 847.600) frente al incremento total del número de ocupados en más de 950.000 personas en esos dos años.
Mientras la tasa de empleo de ese grupo aumentó 10,7 puntos porcentuales (de 49,7% a 60,3%), la de los españoles nacidos en España lo hizo cuatro puntos (de 56,8% a 60,8%). Se consideran inmigrantes económicos los ciudadanos de fuera de la UE15 cuya nacionalidad es de un país con un PIB per cápita inferior al de España.
La mejora ha sido particularmente notoria entre los inmigrantes económicos jóvenes (16-29 años): en el primer trimestre de 2014, los ocupados en este grupo de edad eran 134.900 y en el último de 2015 llegaron a 163.300.
Así, mientras la tasa de empleo de los españoles de 16 a 29 años aumentó un 1,5% durante ese periodo (de 34,6% a 36,1%), en el caso de los inmigrantes de la misma edad la subida fue de 10,9 puntos (de 32,5% a 43,4%).
Esta diferencia sugiere que, a diferencia de lo que ocurrió durante el periodo previo a la crisis, los jóvenes españoles prefieren permanecer en clase y formarse mejor antes de incorporarse al mercado laboral. "Quizás han aprendido la lección de que dejar la escuela de forma prematura y empezar a trabajar es un riesgo, y que niveles educacionales más elevados suponen ventajas laborales", apunta 'Focus on Spanish Society'.
Respecto a las mujeres, la tasa de empleo ha crecido menos que la de los hombres durante el periodo analizado, aunque hay que tener en cuenta que su caída durante la crisis fue menos drástica. De igual forma, las diferencias entre trabajadoras españolas e inmigrantes son menos significativas que en el caso de los hombres.