SMI
La organización advierte que la pequeña y mediana empresa "es la que más está sufriendo el impacto de la subida del salario mínimo".
Un total de 161.000puestos de trabajo no se han podido crear por el aumento del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) entre 2016 y 2021. Al menos así lo asegura el informe 'Salarios. Repercusión de la subida del SMI en la pyme española', llevado a cabo por la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme).
"La subida del salario mínimo interprofesional (SMI) a 1.000 euros en 2022 resulta especialmente gravoso para las pequeñas empresas, socavando más la baja productividad de ellas", detalla Cepyme.
Pequeña y mediana empresa sufren mayor impacto
Las principales conclusiones del informe señalan "la pequeña y mediana empresa es la que más está sufriendo el impacto de la subida del salario mínimo". Esta situación ha provocado además que las pymes "se estén quedado sin margen para asumir fuertes subidas salariales en el marco de la negociación colectiva".
El texto, que analiza el impacto en los salarios tras haberse elevado el salario mínimo un 52,6% entre 2016 y 2022, detalla que el SMI supone el 57,8% del salario medio en España, mientras que en la empresa de menos de 50 trabajadores roza el 70% del salario medio.
La última subida del SMI en 2022, detalla Cepyme, se está traduciendo en un 'efecto de segunda vuelta': Ha creado una mayor homogeneidad retributiva a nivel nacional sin tener en cuenta la productividad del territorio, del sector ni del tamaño de empresa. Y la pequeña y mediana empresa está siendo la más perjudicada. La productividad de las pymes es casi tres veces menor que las de más de 250 trabajadores, situación que se agrava por sector y territorio, afectando de forma distinta a sus márgenes y rentabilidad, y, por tanto, incidiendo en mayor medida a la de menor estructura".
Los más afectados: mujeres, jóvenes y trabajadores sin experiencia
Por otro lado, el informe advierte que la población más perjudicada son las mujeres, los jóvenes y los trabajadores menos cualificados. "Frente a los argumentos de que un alza del SMI provoca una mejora en los colectivos más vulnerables, las cifras evidencian que el impacto en la creación de empleo daña más a las mujeres, a los jóvenes y a los trabajadores menos cualificados y sin experiencia. Además, un incremento no moderado del salario mínimo puede estimular en el futuro el reemplazo de puestos de trabajo por maquinaria o robots, lo que provocaría un incremento permanente del desempleo de larga duración", añade.
España, el país europeo que más sube
En comparativa con el resto de grandes países de la Unión Europea, Cepyme señala que en ninguno de ellos "el salario mínimo ha subido tanto como en España: un 52,6% desde 2016, frente a menos del 15% en Alemania, Francia y Holanda".