Vivienda
España es el país de la Unión Europea que más ha subido su precio en lo que vivienda respecta, aumentando casi un 7%.
Encontrar una vivienda para el alquiler ya es casi misión imposible, sobre todo cuando se busca que el precio y el estado de esta sea lo más proporcional posible. Sin embargo, los anuncios para dar con una de ellas no dejan de sorprendernos.
Un portal inmobiliario alquila una habitación por más de 1.000 euros en Barcelona. Pero si esto les parece descarado, esperen, porque hay más. Una caseta de jardín, en una azotea, se alquila por 600 euros.
Pero estos precios no solo los encontramos a la hora de alquilar. España se ha convertido en uno de los países de la Unión Europea más caros en lo que el precio de la vivienda respecta. En los tres primeros meses del año, el precio de esta ha subido en nuestro país un 6,4%. Unos datos totalmente distintos a los países que nos rodean, ya que de media, en la zona euro, el precio ha bajado.
Los más jóvenes son quienes más difícil lo tienen para acceder a la vivienda, incluso si esta es de alquiler. Por ejemplo, Álvaro tiene 28 años y es de Barcelona. Tras varios meses buscando un piso de alquiler, su búsqueda no consigue dar con nada: "Hay poquitos pisos y cuando llamas para interesarte por alguno te dicen o que ya ha volado, o que te ponen en cola, pero muchas ocasiones no te acaban ni llamando".
Han pasado 6 meses desde que en Cataluña entró en vigor la ley del tope del precio del alquiler. El objetivo era contener los precios y que la gente con rentas más bajas pudiera acceder al mercado de la vivienda. Sin embargo, según expertos del sector inmobiliario, las consecuencias de esta medida no han sido las esperadas.
Los estudiantes y jóvenes trabajadores lo tienen difícil para encontrar un piso decente donde vivir. Horas y horas delante de una pantalla buscando por internet, recorriendo las calles de las ciudades o visitando inmobiliarias, donde se forman largas colas.
Si se quedan con él, tienen que pagar la fianza al momento. Alrededor de 3.000 euros de golpe, inmediatos para que no pase el siguiente a ver ese mismo piso.
Cuando encuentran un hogar, a veces las condiciones no son las mejores. Pero llega un momento en el que se ven obligados a alquilar, y se tienen que acostumbrar a la situación.
Este tipo de situaciones se dan en las grandes ciudades españolas, donde la demanda es más alta que la oferta, y el alto precio del piso poco tiene que ver con la calidad que ofrece.
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