Hostelería
Tras las restricciones horarias por la pandemia, muchos restauradores se han dado cuenta de que es posible limitar el horario manteniendo la mejor atención a sus clientes y facilitando la conciliación de sus trabajadores.
"No se trata de que nos tengamos que ajustar al horario británico, pero cerrar el restaurante a las 18 para las comidas y a la 1 para las cenas permite un horario razonable para todos", nos lo cuenta Pepe Solla, en su restaurante Estrella Michelín en Poio, Pontevedra. Él es uno de los más reconocidos cocineros de la gastronomía gallega y, junto con otros compañeros de profesión que conforman el Grupo Nove, han decidido apostar por la conciliación y dar un paso adelante.
"Tras la pandemia, nos dimos cuenta de que era posible mantener esos horarios que al principio se nos impusieron, y que podía ser bueno para todos", asegura. Para ello, lo que ha hecho es ajustar el horario de reservas. "Las reservas las cogemos hasta las 14:00 - 14:30 para comer, y sobre las 22:00 hora para cenar. Con esto tienes tiempo de sobra para una sobremesa relajada, hasta la 1 de la mañana, y después el que quiera tomar copas tiene establecimientos de ocio nocturno preparados para ello, es bueno para todos".
Tanto es así que otras asociaciones de hostelería de distintos puntos de la comunidad han decidido seguir el ejemplo y acordar también unos horarios de cierre. Es el caso de Sanxenxo, ayuntamiento turístico por excelencia, donde sus empresarios de la hostelería consideran positivo avanzar en este sentido.
El cocinero pontevedrés asegura que son conscientes de que los horariosde la hostelería son difíciles, y que tampoco el resto de nuestra forma de vida está preparada para adelantarlo todo, "no se trata de cenar a la 17, pero a las 22 sí, y no a las 23:30 por ejemplo".
La respuesta de sus clientes está siendo muy favorable, asegura. Y es que la pandemia ha modificado también los propios hábitosde consumo, y las sobremesas ya no son tan largas, por lo que la reacción es más que positiva.