ESTAFARON MÁS DE 16 MILLONES DE EUROS
Se trata de una gran estafa, en palabras de los responsables policiales, que han calificado la operación, denominada 'Wall' ('muro' en inglés), como la más importante desarrollada entre la Policía española y la china. Se ha desmantelado una organización de ciudadanos chinos que, desde una veintena de chalés aislados y de lujo en las provincias de Alicante, Barcelona y, sobre todo, Madrid, cometían una simple pero suculenta estafa telefónica.
Ha sido el comisario general de Policía Judicial, Eloy Quirós, quien junto con otros mandos, el director de la Policía china y efectivos de este país, ha explicado que esta red robó a miles de familias y ciudadanos chinos humildes sus escasos ahorros, hasta el punto de que la estafa condujo al suicidio de un joven tras haber abonado a la trama el dinero con el que poder pagar sus estudios.
Como él, miles de ciudadanos chinos cayeron el otro lado del teléfono en el planificado engaño de esta red, cuyos líderes están en el país asiático, pero controlaban el funcionamiento de la trama con lugartenientes en cada una de las viviendas que servían para la comisión de estos delitos.
En cada uno de las veinte chalés investigados vivían y cometían la estafa entre 20 y 30 ciudadanos chinos (se trasladaban temporalmente a España exclusivamente para cometer el delito), ajenos al exterior hasta el punto de que bajaban las persianas para pasar desapercibidos.
Y como si se tratara de un operador, cada uno contaba con una mesa, de un teléfono y de un listado de números de ciudadanos chinos previamente seleccionados como potenciales víctimas.
A partir de ahí, los estafadores seguían un guión, ha señalado el comisario principal responsable de la Unidad de Delitos Telemáticos, Eugenio Pereiro, "basado en la ingeniería social" y, por supuesto, aprovechándose de la idiosincrasia china.
De esta forma, en una primera llamada advertían a la posible víctima de que iba a ser objeto de una investigación para, en llamadas posteriores "meter el miedo en el cuerpo" de esos ciudadanos diciéndoles que estaban inmersos en unas pesquisas policiales, con el objetivo final de "en una cuarta o quinta llamada" convencerlos de que trasfieran dinero a una cuenta oficial.
"Llegaban a España, alquilaban esas viviendas que pagaban religiosamente y después de varios meses desalojaban los chalés y regresaban a China", ha señalado Pereiro.
Ante tres juzgados de instrucción de la Audiencia Nacional han comenzado a pasar ya los primeros detenidos, algunos de los cuales, según fuentes jurídicas, han negado ser ciudadanos chinos sino de Taiwan