Vivienda
El Banco de España advierte de la urgencia de afrontar el problema de la vivienda en nuestro país. Señala que faltan alrededor de 600.000 viviendas nuevas hasta el 2025 para reducir las dificultades de acceso a ellas.
Desde 2021 se está dando una situación inédita en España, un gran desequilibrio entre las necesidades de vivienda y la que hay disponible. Cada año se terminan unas 90.000 viviendas nuevas en nuestro país. Pero, en cambio, se demandan 270.000 hogares. Tampoco el mercado de segunda mano ayuda porque cada vez se ofertan menos viviendas de este tipo, sólo en el primer trimestre de este año un 6% menos.
A esto se suma que la demanda está muy concentrada en cinco ciudades: Madrid, Barcelona, Valencia, Alicante y Málaga. La paradoja es que en nuestro país hay 4 millones de casas vacías, aunque solo 400.000 están en esas zonas de presión, con mucha más demanda, y ni siquiera todas salen al mercado.
No es fácil encontrar promociones de obra nueva sobre todo en el centro de las grandes ciudades. Una de las pocas que hay se encuentra dentro de la almendra de la M30 en Madrid.
Sin que haya complicaciones, desde que se compra el terreno hasta que se entregan las llaves a los propietarios, "se puede tardar como mínimo 4 años", advierte el arquitecto de esta promoción, Javier Mochales.
Ni con todas las grúas que se ven en el horizonte de muchas zonas se cubren las necesidades de vivienda. De aquí a finales de 2025, según concluye el Banco España en su último informe, faltarán 600.000 casas nuevas, que "los gestores tendremos que ser capaces de construir", considera la directora financiera de la promotora Antaro, Patricia Zuya. Desde el sector alertan que las principales dificultades se encuentran en la falta de suelo, "los tenedores de suelo siempre buscan en mayor beneficio por tanto no es fácil acceder al mismo", advierte Mochales. Y además los costes de construcción se han encarecido notablemente, especialmente en los últimos dos años, "tanto de materiales como de mano de obra", confirma Zuya.
Dificultades que hacen que siga incrementándose el precio final de la vivienda. Esto deja fuera del mercado especialmente a los jóvenes. Los menores de 35 años y sin hijos necesitan casi 8 años (7,7 años) de su sueldo íntegro para comprarse su primera casa, según datos del órgano supervisor. Verónica, casada y con un bebé de dos años, solo pudo acceder a una vivienda hace algo menos de una década gracias a que tenía el precio protegido, una vivienda social.
Pero el problema es que construir VPO no les sale tan rentable, sobre todo a pequeños y medianos promotores. Sus "beneficios pueden quedar reducidos a la mitad", admite Miguel Tallada, director comercial de la promotora Urbania, empresa que desde la anterior crisis en 2007 dejó de proyectar y construir vivienda social.
El sector pide medidas a nivel administrativo y a nivel laboral, y a largo plazo que logren frenar el precio de la vivienda, que desde 2024 se ha encarecido casi un 30%.
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