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Aeropuertos

¿Qué pasa con todas las maletas que se pierden en los aeropuertos y que nunca llegan a sus dueños?

Tablas de surf, maletas llenas de ropa, carritos de bebé, piraguas y hasta neveras se pierden cada día en los aeropuertos. Hemos seguido su rastro y sabemos dónde acaban todos esos objetos que, pasado un tiempo, nadie reclama.

Es una de las grandes preocupaciones cada vez que nos toca facturar: ¿llegará bien mi maleta?El miedo a que se pierda es real y todos, o casi todos, conocemos a alguien que ha aterrizado y no ha visto sus cosas por ningún lado. De hecho, en 20 de cada mil viajes se pierde el equipaje. En la mayoría de los casos, las propias aerolíneas se encargan de devolvérnoslo lo antes posible pero hay un pequeño porcentaje de objetos que nunca llegan a sus dueños. Normalmente, se almacenan durante tres meses y si nadie los reclama, entra en acción el personal de Envera.

A esta organización llegan cada semana unos 250 bultos (maletas y artículos de todo tipo) que han quedado olvidados. "Aquí recibimos todos los objetos y maletas extraviadas en aeropuertos y barcos, lo que hacemos es que les damos una segunda oportunidad a través del reciclaje", nos cuenta Virginia Ródenas, directora de Comunicación de Envera. Ellos abren las maletas y clasifican todo lo que hay en su interior para darle una segunda vida. "La segunda mano es algo que alguien desechó porque ya no lo quería, esto es diferente, no es lo mismo", añade Ródenas.

Tablas de surf, vitrocerámicas y un yelmo

Entramos en las instalaciones de Envera y nos encontramos con estanterías y más estanterías de artículos que jamás imaginarías que alguien ha podido perder: una tabla de surf, un casco de bombero, varios carritos de bebé, una guitarra, un vestido de novia y hasta un yelmo. Es un auténtico museo de objetos perdidos. Daniel Álvarez, responsable de Producción de Envera, nos cuenta cómo es el proceso una vez que las maletas caen en sus manos: "es un momento curioso, casi un juego, tratamos de adivinar de dónde viene la maleta, a quién pertenece... y, rápido, nos ponemos a clasificar todo lo que hay dentro".

"A veces nos encontramos con cosas que nos llegan más, como un dibujito de un niño", nos confiesa Álvarez. Pero más allá de lo sentimental y lo curioso, lo más habitual es encontrarse con toneladas de ropa, cargadores de teléfono, gafas de sol, algún libro, medicamentos... artículos de uso diario a los que ellos se encargan de darles una segunda oportunidad. Los venden en sus propias tiendas con descuentos de hasta el 70%.

100 toneladas de ayuda humanitaria

Pero no todo lo que pasa por Envera, se acaba vendiendo. Hay muchos artículos que se envían a distintas ONG con las que colaboran. "Solamente el año pasado, donamos unas 100 toneladas de ayuda humanitaria", asegura Ródenas. Es solo un pequeño ejemplo de toda la labor solidaria que llevan a cabo. Hace pocos días, nos cuentan, han enviado a Mozambique un cargamento de gafas de sol para niños albinos. "También les mandamos muchos dispositivos tecnológicos como ratones, ordenadores o algún teléfono", comenta Álvarez.

¿Cómo y cuándo surge Envera?

Envera nace hace casi 50 años, cuando un grupo de empleados de Iberia, padres y madres de personas con discapacidad intelectual, "se pusieron manos a la obra, convencidos de que había un mundo mejor para sus hijos", explica Virginia Ródenas. Hoy se ha convertido en una gran organización con centros por todo España, que atiende a más de 5000 personas con discapacidad y da trabajo a 1200 personas. "Motiva mucho ver que vendes", nos explica Lola, empleada en una de las tiendas, "lo que te gusta es ver que estás haciendo algo en beneficio de todos y, así, se trabaja con otras ganas, sabiendo que todo tiene un buen fin".

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