Renfe
El objetivo era renovar hasta 31 trenes en la zona norte pero se cometió un error de principiantes. Ahora se busca respuestas a preguntas como qué ocurrió, cuánto va a costar esta equivocación y cuánto retrasará el proyecto.
"Error","chapuza", "inocentada"...son algunas de las formas con las que los políticos están nombrando a lo ocurrido con los nuevos trenes de Cantabria y otras comunidades. Y es que más parece el guión de una comedia española que de un proyecto estudiado y sosegado con el que se pretendía dar respuesta a una demanda que los vecinos llevan años pidiendo.
Vamos a ir paso a paso, ¿qué ha ocurrido? Renfe ha encargado la construcción de una nueva flota de trenes a Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles (CAF), para renovar la red de cercanías y media distancia (MD) en el norte. El problema aparece en un 'pequeño' pero muy importante detalle y es que CAF advirtió un error en los gálibosde la infraestructura en la declaración sobre la red de Adif, en función de los cuales se iban a construir los trenes. Es decir de basarse en estos datos se construirán trenes que no entrarán en algunos puntos.
Tenemos que remontarnos hasta 2019 para consultar el pliego publicado por Renfe para la adquisición de 31 trenes de ancho métrico de acuerdo con los gálibos recogidos en la declaración sobre la red de Adif. Concretamente, la infraestructura actual incumple en numerosos puntos los gálibos GEE10 y GED10 definidos para actuaciones de nueva construcción o de acondicionamiento en la Instrucción Ferroviaria de Gálibos de la AESF.
El primer impulso tras descubrirse el error fue aplicar los gálibos establecidos en la instrucción sobre la situación real de la infraestructura, con los datos facilitados por Adif, pero el resultado de esta acción sería fabricar trenes con dimensiones notablemente inferiores a las de los trenes actuales a los que se quiere sustituir, por lo que se consideró inasumible, ya que empeoraría las prestaciones a los viajeros.
Posibles soluciones
Tras diversas reuniones y comunicaciones internas entre Renfe y Adif, en las que participaban CAF y la AESF, se plantearon tres posibles alternativas:
La pregunta ahora es ¿qué ocurre ahora con los plazos? ¿cuánto se retrasa el proyecto? ¿qué sobrecoste supondrá? Por el momento todo son intenciones para amainar la indignación de las partes afectadas.
La ministra de Transportes, Raquel Sánchez, anunció el pasado sábado "ceses inminentes" en Renfe y Adif por el error y se apresuró a pedir "disculpas". "No me va a temblar la mano para depurar responsabilidades y evidentemente se van a producir ceses inminentes tanto en Renfe como en Adif para asumir las responsabilidades de este error", dijo Raquel Sánchez.
Sin embargo, desde su ministerio aseguran que este fallo no ha supuesto "ningún gasto público" y que lo único que implica "es un rediseño que supone un retraso en la fabricación". Desde Transportes se insiste en explicar las fases del proceso:
Se va a constituir un grupo de trabajo, en el que se ha invitado a participar a los gobiernos tanto de Asturias como de Cantabria, para hacer seguimiento de todo el proceso, y se ha encargado ya una auditoria interna en Renfe y Adif.
Plazos
Aunque ninguna de las partes ha confirmado el plazo de tiempo que conllevará solventar este problema, se estima que la construcción de los trenes que todavía no se han podido fabricar se demora en torno a 3 años. El contrato adjudicado en 2020 fijaba en 220 meses el plazo de ejecución del contrato, en torno a 18 años y cuatro meses. Como incluía el mantenimiento durante 15 años de algunas unidades, los tres años y cuatro meses restantes sería el plazo para la fabricación de los trenes, aunque normalmente se entregan de forma progresiva. Por ello, los primeros trenes tendrían que haber estado listos, como tarde, en octubre de 2024.
Sánchez se ha comprometido a "intentar reducir al mínimo el retraso en la entrega de los trenes" de manera que "la fase de diseño pueda finalizar este verano y así se acelere posteriormente el tiempo de fabricación".