Los productos 'Denominación de Origen', ahora más protegidos en internet

Vino de La Rioja, Queso Manchego, Plátano de Canarias. Son algunos de los casi 400 productos alimenticios y bebidas que en España cuentan con un sello de calidad, ya sea el de Denominación de Origen Protegida (DOP) o el de Indicación Geográfica Protegida (IGP).

Repartidos por todas las comunidades autónomas, estos sellos dan trabajo a más de 330 mil agricultores y ganaderos. Pero a veces, en la venta online se detectan casos de "mala utilización del nombre, picaresca, fraudes", explica Rebeca Vázquez, coordinadora general de Origen España. Es decir, todo un caso de apropiación indebida.

"Se han detectado ciertos especuladores que intentan aprovecharse del nombre creando un dominio de internet que incluye las palabras protegidas de una Indicación Geográfica", relata Francisco Javier Maté, subdirector general de control de calidad alimentaria del Ministerio de Agricultura.

Por eso, a partir de ahora, estos productos estarán más protegidos. Si los consejos reguladores detectan un fraude en una página web, podrán pedir que se bloquee inmediatamente. Es decir, se da más poder a los órganos de gestión para actuar. Hasta ahora, las infracciones tenían que denunciarse por la vía administrativa y el proceso era mucho más dilatado en el tiempo.

"Llevábamos tiempo reivindicando una protección legal que hasta ese momento no había", relata Mar González, director técnico de la IGP Carne de Ávila. "Tiene que haber medidas rápidas contra la falsificación y la evocación, nos jugamos mucho en el terreno digital", añade Eladio Martín, gerente de la DOP Vinos de Alicante.

El objetivo es perseguir la competencia desleal, que afecta, sobre todo, a los productores de los países mediterráneos, los que cuentan con más indicaciones protegidas. España (381) es el tercer país de la UE, por detrás de Italia (885) y Francia (760) y seguida de Grecia (277) y Portugal (203). En total, en la UE, hay 3.626 indicaciones de calidad.

La unidad entre los países mediterráneos ha sido clave para sacar adelante en Bruselas el nuevo reglamento, que acaba de entrar en vigor. "Nos poníamos de acuerdo antes de ir a las reuniones generales para tener una posición de fuerza", relate Maté, que añade también que "los países del norte no tienen esa tradición, esa cultura de Indicaciones Geográficas".

El reglamento llevaba sin actualizarse desde el año 2012, y aunque se ha aprobado recientemente por los 27 países miembros de la Unión Europea, fue durante la presidencia española del Consejo cuando se culminó el acuerdo. Han sido, explica Maté, "cinco años de negociaciones". Los que dura cada legislatura europea.

La legislación también recoge un apartado para simplificar el proceso de registro de nuevas incorporaciones. "El reglamento beneficia a toda la cadena", razona Vázquez. No solo a los productores, por la "pérdida de dinero y prestigio" que supone no controlar los fraudes. También a los consumidores, que tienen "una protección" para que sepan que "además de tradición, consumen calidad".

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