Coronavirus
Cada vez son más los casos en los que los dueños de pisos de estudiantes de diferentes ciudades piden demostrar que los nuevos inquilinos estén inmunizados contra la COVID-19 para arrendarles la vivienda.
De entre todos los cambios a los que nos hemos tenido que ir acostumbrando a lo largo de la pandemia hay uno que está generando más polémica que otros: la utilización del certificado COVID para poder realizar actividades cómo viajar o entrar en locales y restaurantes. Por el momento, solo algunos territorios piden esta documentación para consumir en el interior de la hostelería, pero ya hay otros lugares donde están empezando a pedirlos. Es el caso de los dueños de pisos de alquiler.
Quieren una garantía de que sus inquilinos hayan tomado medidas contra el coronavirus. Por eso, están empezando a aparecer nuevos requisitos para arrendar un piso de estudiantes en diferentes ciudades. Presentar solvencia económica, compromiso de un mínimo de meses o unos años, fianzas cada vez más altas y, ahora, certificado COVID.
Dificultades para algunos estudiantes
Cada vez son más los anuncios de pisos de alquiler de estudiantes en los que el dueño pide que "para garantizar la seguridad de los estudiantes, se requiere a la entrada en la casa presentar pasaporte vacunación COVID".
Sin embargo, conseguir esta certificación, a veces es complicado entre la población más joven, que aún no ha sido inmunizada contra la enfermedad. Además, otros tienen que enfrentar problemas como que cuando pasaron el coronavirus se le realizó un test de antígenos y no una PCR, que es la prueba que la Unión Europea reconoce como válida para demostrar que ha sido positivo en COVID-19 y de la forma en la que se adquiera esta documentación.
En ocasiones, no es un requisito obligatorio, pero si "preferible". Por tanto, entre unos interesados con una solvencia económica similar, el dueño elegiría a aquellos que puedan demostrar que están vacunados. El nuevo curso se acerca y la demanda por encontrar un lugar donde vivir de cara al próximo año es mayor. Tener que presentar esta documentación podría complicar la situación para muchos jóvenes a los que, frecuentemente, les cuesta encontrar un piso al que poder hacer frente a la vista de los precios desorbitados que se piden en algunas ciudades.