Dana
Presas y desvíos de cauces junto con otras soluciones de ingeniería y arquitectura han hecho que zonas como la ciudad de Valencia hayan evitado la catástrofe tras el paso de la peor DANA en el último siglo.
Los ríos torrenciales provocados por la terrible DANA que ha arrasado varias zonas de Andalucía, Castilla-La Mancha y sobre todo la Comunidad Valencia, han demostrado los efectos devastadores que tiene el paso de estas corrientes torrenciales en las infraestructuras y en las personas. Sin embargo, hay soluciones que ofrece la ingeniería y la arquitectura para reconducir la fuerza de este elemento en situaciones de tanta gravedad.
En la zona suroeste de la orografía española, existen varios puntos que se encuentran especialmente en riesgo ante los episodios de danas o gotas frías. Una de esas partes es la ciudad de Valencia, que de no ser por estructuras arquitectónicas construidas tras anteriores sucesos similares, esta vez la ciudad podría haber sufrido unas consecuencias más graves. Por ejemplo la presa de Forata, construida en 1969, en esta ocasión ha retenido 37.000 millones de litros de agua, evitando con ello que la tragedia hubiera sido mayor.
Félix Francés, catedrático en Ingeniería Hidráulica, ve salvadora la labor de la presa de Forata: "Se ha llenado. Sin el embalse hubiera sido mucho peor. Si no hubiera existido, el agua habría entrado también en Valencia". Salvador Lara, decano del Colegio de Arquitectos de Valencia, explica que "lo que ha evitado es que el agua llegue a la ciudad de Valencia. Esas ciudades que se han anegado ahora están construidas sobre agua ganada".
Otra infraestructura que ha salvado a Valencia de que los destrozos fueran peores es el nuevo cauce del río Turia. Este nuevo cauce fue construido justo después de las graves consecuencias de la riada de 1957 que arrasó la zona. El Turia se desbordó y anegó el centro de la ciudad que es por donde atraviesa el cauce natural del río.
Esta situación ha demostrado que el nuevo cauce funciona. Al norte del nuevo cauce no hay desbordamientos, al sur sí, pero están provocados por el barranco del Poyo. Este nuevo cauce ha soportado en los momentos más críticos las riadas de 2000 metros cúbicos de agua por segundo.
Las lluvias de la DANA, que ya ha dejado más de un centenar de víctimas mortales, fue un 12% más fuerte y dos veces más probable que en un clima 1,3ºC más fresco. De hecho, las observaciones meteorológicas históricas indican que las ráfagas de lluvia de un día en esta región están aumentando a medida que las emisiones de combustibles fósiles calientan el clima.
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