Alimentación
La intención de fijar un tope en el precio de algunos alimentos han hecho más latentes las fricciones en el Gobierno.
Los primeros movimientos de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, con la intención de fijar un tope en el precio de algunos de los alimentos han avivado las fricciones en el Gobierno, además de las quejas de ministros como Reyes Maroto o Luis Planas que reivindican su competencia para consensuar alguna fórmula en ese sentido.
El ministro Planas ha respondido que nada que tenga que ver con la alimentación se va a hacer sin su consentimiento. Entre tanto, la pelea continúa en el gobierno de coalición entre los que se oponen frontalmente y quienes piden buscar fórmulas similares que no choquen con la ley.
Maroto ha reivindicado su papel "como la ministra competente" y aboga por un acuerdo consensuado "con todos los sectores" para tratar de atajar las consecuencias del alza de los precios: Planas también ha resaltado sus competencias, pero deja clara su oposición a que se fije un precio máximo a los alimentos porque carece de encaje en los tratados de la UE.
La ministra de Defensa, Margarita Robles ha sido la más contundente y ha criticado la propuesta de acordar una cesta de la compra con precios máximos establecidos porque es un asunto que "no le corresponde hacer" a Dïaz, a la que acusa de anunciar lo que se le "ocurre" para "quedar bien". Lamenta en este sentido que dentro de un "órgano colegiado" como es el Gobierno "algún ministro quiera entrar en algo que no le corresponde hacer". A lo que ha añadido que "se que la señora Díaz hace las propuestas, como las hacemos todos, con la mejor voluntad, pero detrás hay muchos aspectos técnicos, económicos que hay que conocer. No se puede decir vamos a ver qué se me ocurre a mi ahora que puede quedar bien".