El Rocío Chico
Aunque este viernes terminaron los actos religiosos, muchas personas han aprovechado el fin de semana para pasarlo en Almonte.
La aldea de Almonte, en Huelva, vuelve a recibir a los peregrinos que se acercan hasta el Rocío para celebrar la festividad del Rocío Chico. En ella se conmemora la rebelión de la aldea frente a la invasión francesa en el año 1810.
Una festividad que ha movido a más de 250.000 personas procedentes de diferentes puntos de España. "Somos de Ávila, pero siempre que podemos nos escapamos, y con muchísimas ganas, la verdad", cuenta una de las peregrinas que se ha desplazado hasta la aldea en caballo. Unas ganas que, tras el parón por la pandemia y lo vivido en el Rocío meses atrás, eran cada vez mayores. "Ha sido un poco la continuidad del Rocío que se vivió también muy intensamente", explica una mujer.
Una intensidad que también se ha vivido en la hostelería de alrededor, que agradece volver a la normalidad, a lo que siempre fue. "Mucho jamón, queso, gambas, choco, muchas cosas de esas", dice Jose Antonio Camacho, hostelero de la aldea.
Aunque este viernes terminaron los actos religiosos, muchas personas han aprovechado el fin de semana para pasarlo en Almonte, un continuo ir y venir de coches que hace que la policía siga cortando el paso a los vehículos. A pesar de la gran influencia de peregrinos, todo ha transcurrido sin incidentes. La llegada de cientos de miles de personas ha hecho alcanzar datos hosteleros y turísticos prepandémicos. "Este año ha habido mucha más gente que otros años", asegura un vecino.
Hoy tocaba despedir esta conmemoración celebrada cada año por lo almonteños que ya esperan con ilusión volver a visitar pronto a la Virgen del Rocío.