Precio luz
Jorge tiene 38 años y es enfermo de ELA en fase avanzada. María, de 71 años, tiene una enfermedad pulmonar crónica. Piden ayuda para los que, como ellos, dependen de máquinas para vivir.
"Soy Jorge Murillo, ingeniero superior de telecomunicaciones". Habla Jorge, pero escuchamos a una máquina. El mueve los ojos delante de la pantalla y el ordenador reproduce sus palabras. Porque con 38 años sufreEsclerosis Lateral Amiotrófica, ELA, en una etapa muy avanzada de la enfermedad. "Para los que no lo sepan, un enfermo en fase de ELA avanzada como yo está completamente inmóvil, no tiene voz", nos explica, "se alimenta por una sonda conectada al estómago y respira gracias a un respirador conectado a la tráquea las 24 horas del día".
Tiene que tener el respirador conectado todo el día. Y no sólo eso. Le vemos rodeado de aparatos eléctricos. "Necesitamos utilizar muchas veces al día el asistente de tos", continúa, "el aspirador de secreciones, el ordenador para comunicarnos, la grúa o la cámara articulada". Sólo el respirador supone el 30% de su consumo mensual. "Por no olvidar la televisión e internet para no morirnos de aburrimiento", dice sonriendo.
María Martín tiene 71 años y sufre Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica, EPOC. También es "electrodependiente". "Mi máquina es mi vida, es que tendría que quitármelo de comer para poder vivir porque yo sin esto no vivo", afirma. Tiene una pensión de 950 euros y ha llegado a pagar 160 euros de factura. "Yo he pensado en tener menos tiempo el concentrador de oxígeno puesto, pero no es vida".
Y ahora tendrán que afrontar también la subida del IVA de la luz. "Todo suma en el recibo", nos cuenta María. "Es otro mordisco para el bolsillo", dice Jorge, "y afectará más a los que tengan una tarifa más elevada". Él es además fundador y presidente de la Asociación Juntos Venceremos ELA y nos explica que esto se suma a "todos los tratamientos que no nos proporciona el Estado porque somos enfermos no recuperables, como fisioterapia o logopedia, son muchos gastos que muchas familias no se pueden permitir".
En España hay tres millones de pacientes "electrodependientes", según cálculos de las asociaciones que les representan. "Es un gasto que no podemos suplir de ninguna manera", asegura Jorge, "igual que yo he calculado el consumo de mi respirador se puede saber qué consumo tiene cada máquina y, como sin ellas no podemos vivir, no hay fraude posible".
"Yo pido que lo consideren como una medicación", reclama María, "electrodependientes vulnerables, un bono o una asignación, porque ellos saben lo que cuesta". Ya sea con el bono social eléctrico o con cualquier otra fórmula, termina diciendo Jorge: "pedimos que respirar no nos cueste dinero, igual que cualquier ciudadano sano no paga por respirar, ni más ni menos".