Alquiler
Los jóvenes cada vez encuentran más trabas a la hora de poder acceder a una vivienda.
Si encontrar un lugar donde vivir ya es complicado, alquilar un piso teniendo menos de 25 años hoy en día se convierte en una misión casi imposible. Un equipo de Antena 3 Noticias lo ha comprobado en primera persona.
El primer paso es rastrear. Buscar en todas las plataformas de internet, llamar a amigos e incluso acudir a inmobiliarias en busca de un piso interesante. Y esto ya es bastante complicado. Vemos precios desorbitados que no se corresponden con el estado de la vivienda. En el centro de Madrid, imposible bajar de 600 euros por persona en un apartamento de dos habitaciones. Y si nos alejamos un poco, una situación muy parecida. La única opción es resignarse.
Seguimos con el proceso y seleccionamos unos cuantos anuncios interesantes. Nos ponemos a leer las condiciones y empiezan a llegar más sorpresas. Nos piden "solvencia económica", contratos indefinidos o unas nóminas bastante generosas. Unos requisitos muy complicados para una persona que acaba de empezar en el mundo laboral .
En la búsqueda en internet lo que más nos hemos encontrado ha sido el pago de "el mes de agencia más impuestos". Nos piden que paguemos el mes de inmobiliaria, que no se puede cobrar al inquilino. Lo recoge la nueva ley de vivienda, pero muy pocos propietarios lo cumplen. Además, muchos inquilinos no lo saben y son engañados para pagarlo.
Después de decenas de llamadas, conseguimos agenciar algunas citas por diferentes puntos de la capital. Durante varios días visitamos los pisos, hablamos con los propietarios o los intermediarios, pero todo es en vano. La mayoría de las viviendas nos exigen pagos extras inasumibles o simplemente la calidad de la casa no corresponde a la de las fotos.
El problema más común es la cantidad de demanda que hay para la poca oferta que existe. Hay una larga lista de espera para ver las casas y cuando decidimos quedárnosla nos dicen que tienen que hacer "un estudio de todos los candidatos". Valoran qué inquilino tiene mejores condiciones laborales, más solvencia económica y el perfil personal de cada uno de ellos. Una especie de casting muy difícil de superar.
Lo hemos comprobado y cuando parece que viene algo de suerte y encontramos un piso que se adapta a nuestros requisitos, el propietario nos dice que ha escogido a otro inquilino. No somos elegidos, así toca volver al primer paso. A rastrear las páginas y buscar un lugar donde vivir. Una realidad que viven muchos jóvenes en nuestro país, pasando por un viacrucis eterno para encontrar una vivienda en alquiler.