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Billete transporte único

Los muros que frenan el billete de transporte único que el Gobierno quiere implantar en España para 2026

¿Qué te parece la idea de un único billete para todo el transporte público nacional?¿Cuánto estarías dispuesto a pagar? Analizamos la propuesta del ministro Óscar Puente.

Imagen de archivo de una persona entregando su abono transporteFreepick

Imaginemos que somos un joven estudiante que vive en Madrid y todas las mañanas coge el metro para ir a la facultad. Nuestra madre trabaja en una oficina en una población del norte de la capital y se va cada día en Cercanías. Tenemos un hermano pequeño al que nuestro padre recoge del colegio en autobús. Esta, probablemente, sea la rutina diaria de muchas personas en la gran ciudad. El coche en algunas urbes es más estorbo que ventaja y eso hace que el transporte público sea la opción perfecta.

Imaginemos ahora que vivimos en A Coruña, seguimos siendo universitarios y nos desplazamos cada mañana a la facultad en autobús. Nuestra madre va dando un paseo a su trabajo y nuestro padre lleva en coche a nuestro hermano pequeño antes de irse a trabajar. Esta es otra realidad que impera en ciudades más accesibles. De la misma manera que no hay un único tipo de familia, tampoco hay una realidad común en cada una de las diferentes partes del territorio español. Eso sí, las medidas que sumen a la hora de tener facilidades suelen ser bien acogidas por todos, sea cual sea la dinámica.

El ministro Óscar Puente anunció que su departamento trabaja para que a partir de 2026 se implemente en España un billete único para el transporte público, aunque después de lanzar el titular no dio muchos más detalles. El objetivo es replicar medidas similares que ya se encuentran activas en otros países europeos, como en Alemania. Actualmente, gracias a los descuentos financiados por el Gobierno y las comunidades autónomas, ya hay abonos en diferentes comunidades, como por ejemplo en Madrid, donde por 32,8 euros mensuales se puede coger todo el transporte público dentro de la región. En el Principado de Asturias existe una tarifa plana multimodal, a través de la tarjeta CONECTA, que permite realizar viajes ilimitados en transporte público por un máximo de 30 euros al mes.

Los otros billetes únicos que existen en Europa

Vamos a fijarnos, ahora, en el modelo alemán para saber exactamente qué es lo que puede estar planeando el ministro. El billete único para transporte público en Alemania se llama 'Deutschlandticket' tiene validez por un año y cuesta 58 euros al mes. Con este ticket el usuario puede moverse en metros y trenes de cercanías o regionales por todo el país y sin límite. No entran en este billete los ferrocarriles internacionales de larga distancia o los de alta velocidad. Además, de este 'Deutschlandticket' en Berlín existe un título propio válido para todos los transportes públicos de la ciudad.

En Austria también existe el 'billete climático', KlimaTicket, que permite viajar en todos los transportes públicos por 949 euros al año, 79 euros al mes, y por 110 euros más se extiende la cobertura al portador del billete y hasta cuatro niños.

En Hungría desde mayo de 2023 se puede usar la tarjeta de viaje nacional que permite el acceso a todas las líneas de autobús y tren en el país operadas por las compañías ferroviarias y autobuses, excepto urbanos. Su precio es de 49 euros al mes o 588 €/año.

En Portugal el Pase Ferroviario Nacional permite el acceso a los trenes regionales. Cuesta 49 euros al mes.

¿Cuál sería un precio razonable?

Volvamos a España. Esta iniciativa ha sido una reivindicación de diferentes y dispares organizaciones, como por ejemplo la OCU o Greenpeace, quien tiene activa una recogida de firmas para lograrlo, ya que el "transporte es uno de los principales responsables de las emisiones de gases de efecto invernadero en nuestro planeta, y supone además un gasto elevado, inasumible para algunas personas". La ONG, anticipándose a la queja de que este abono resulte muy caro, propone medidas de financiación como "impuestos sobre los beneficios extraordinarios de las empresas de combustibles fósiles y a largo plazo, con la eliminación gradual de las subvenciones perjudiciales para el medio ambiente" o "implantar al fin un impuesto al queroseno".

En una encuesta que publicó Greenpeace en septiembre, destaca la importancia del factor precio a la hora de optar por el uso del transporte público. El sondeo tanteó cuál sería un precio razonable para los usuarios y el resultado mostró que entre 30 €-49 € es visto como asequible, particularmente para usuarios frecuentes del transporte público.

El gran reto al que se enfrentará el ministerio de Transportes será coordinar las exigencias del Gobierno central, las comunidades autónomas y los ayuntamientos, ya que la mayoría del transporte regional es gestionado por estas administraciones. También será necesario superar dificultades como la financiación y la adaptación de sistemas tecnológicos. El Ejecutivo quiere eliminar los descuentos que se crearon para amortiguar el efecto de la inflación tras la pandemia y la guerra en Ucrania, por eso el segundo semestre del año será de transición hacia ese billete único en 2026 si los planes de Puente siguen su camino.

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