Pérdidas incendios
El avance del fuego no solo provoca terribles consecuencias en el territorio y arrasa hectáreas, sino que también afecta notablemente en los bolsillos con millones de euros en pérdidas.
La ola de incendios forestales que azotan España no solo arrasan hectáreas y golpean la vegetación y vida forestal, sino que también afecta a los bolsillos. Se han calcinado establecimientos y las llamas afectan directamente a la economía de las comunidades y municipios. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, declarará como zona catastrófica las regiones más afectadas por las llamas. Que el Estado declare esto, significa que sería quien se debe de encargar de la reparación de desperfectos materiales y ayudas a las empresas y trabajadores.
Las ayudas por zona catastrófica no están consideradas como indemnización, como puede ser aplazamientos de la cuota de la seguridad social. Por culpa del incendio de Las Hurdes (Cáceres) -uno de los más virulentos este verano- se han generado pérdidas económicas del 70% en el sector del turismo, sector del que dependen el 50% de sus ingresos anuales. En la última semana, le ha tocado a la Comunidad Valenciana enfrentar la virulencia de las llamas.
Desde la Consejera de Justicia de la Comunidad Valenciana informan de un consejo extraordinario para acordar la puesta en marcha de todas las ayudas necesarias. El incendio de Bejís, en Castellón, ha arramblado con casi 20.000 hectáreas. Los daños suponen un duro golpe al turismo, agricultura y ganadería, el término municipal ha sido arrasado. La alcaldesa del municipio castellonense ha pedido a sus vecinos que echen fotos a sus terrenos y propiedades afectadas para solicitar las ayudas correspondientes.
Habitantes de las zonas afectadas por las llamas sufren las consecuencias
El equipo de Antena 3 Noticias se ha desplazado para hablar con algunos de los que más sufren las consecuencias económicas de los incendios forestales. Ricardo tenía una granja de pollos, ahora, destrozada: "se van 23 años de mi vida". "Todo empezó a arder y ya no hubo forma de pararlo", exclamaba.
De milagro se salvó la granja de Paco, quien afirma que era una "bomba de relojería" en caso de que los bomberos no hubieran parado el avance de las llamas. Da "gracias a dios" de que sus animales "no están mal". Los almendros de un agricultor llamado Manolo se han quemado. Marisa, todavía está asimilando el peligro que corrió su vivienda: "No quería subir a casa, no quería ni verlo, me costó". El avance del fuego en un verano sofocante provoca millones de euros en pérdidas.