NUEVO PLAN DE PAGO A PROVEEDORES
En la empresa que María Elena dirige en el centro de Barcelona hay un cajón para guardar facturas impagadas.
Su compañía se dedica a la venta de equipamientos sanitarios, sobre todo a clientes relacionados con la Administración Pública. Hospitales que reciben pronto el servicio, pero que saldan cuentas muy tarde.
El año pasado su empresa ya cobró cincuenta mil euros pendientes a través del primer plan de pago a proveedores.
Este año intentará cobrar veinte mil más con el segundo, como mucho, a treinta días, límite que ahora fija la ley. Desde el 1 de enero la normativa obliga a abonar las facturas impagadas antes de ese plazo.
Pero lo habitual hoy en día sigue siendo otra cifra: hasta cinco meses de media para cobrar, con diferencias abismales entre comunidades.
Si Cataluña y Valencia se retrasan unos 150 días, en el País Vasco las administraciones tardan 43. Ahora, el segundo plan de proveedores persigue repetir el éxito del primero, pero desde las organizaciones de autónomos piden que sea el definitivo.
Hace tan solo un año, a través del primer plan de pago, se abonaron casi seis millones de facturas por un importe superior a los 27 mil millones de euros.
Según el Gobierno, se lograron garantizar más de 170.000 puestos de trabajo.