Coronavirus
Los mercadillos ambulantes, con sus puestos de verduras, frutas y encurtidos, vuelven a la calle durante esta fase de desescalada por coronavirus.
Sólo pueden montar sus puestos aquellos que vendan alimentos y siempre que lo hagan respetando las normas de desinfección y distanciamiento social.
No puede faltar el gel hidroalcohólico con el que limpiarse las manos después de recibir y dar cambio, los clientes en ningún momento pueden tocar el género y hay que guardar la distancia de seguridad de dos metros entre los vendedores ambulantes y los clientes, y también entre los compradores que aguardan frente a la puesto para hacer su compra.
Cuatro mercadillos han abierto hoy en las calles de Alicante pero todos ellos están siendo vigilados por la policía municipal que controlan el aforo y vigilan que se cumplan las normas de higiene y de distanciamiento social por el COVID-19.
Los clientes, la mayoría protegidos con sus mascarillas, creen que es cuestión de acostumbrarse a esta "nueva normalidad". Algunos incluso que esto es lo que debería ser siempre, haya pandemia o no, que sean los vendedores ambulantes los que pongan el género "porque lo que no se puede estar es todo el mundo tocando todo" dice una clienta.
La apertura de mercadillos es una de las medidas de apertura a la movilidad y a la reactivación económica recogida en la Fase 0, la fase de preparación, de la desescalada por coronvirus.
La fase 1 de la desescalada frente a la pandemia del coronavirus, que ya ha comenzado en las islas de La Gomera, El Hierro, La Graciosa y Formentera, permite la venta en mercadillos.
Las condiciones que impone esta fase de la desescalada es que deben ser al aire libre en la vía pública. Se deberán cumplir las normas de distanciamiento entre puestos y delimitación del mercado ambulante para un correcto control del aforo por las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado.
A partir del 11 de mayo, en el resto de España, los mercadillos tendrán una limitación inicial al 25% de los puestos habituales y una afluencia máxima de la tercera parte del aforo.
Una vez alcanzada la fase 2, se puede ampliar el número de puestos hasta un tercio de los que suele haber habitualmente. Con la fase 3 de la desescalada, la venta ambulante puede incrementar su actividad hasta alcanzar el 50% de los puestos.