AVIONES EN APUROS
El aterrizaje de emergencia en el aeropuerto de Manises, en Valencia, en un vuelo procedente de Londres, es un caso más que nos hace recordar otras situaciones en las que algún problema durante el vuelo ha obligado a otros pilotos ha tomar tierra antes de lo previsto. Es el caso de un vuelo Los Ángeles- Texas. A los 25 minutos de despegar uno de los motores explota y la cabina comienza a llenarse de humo. Los pasajeros se ayudan de las mascarillas de oxígeno y el piloto tuvo que realizar un aterrizaje forzoso en el aeropuerto de Los Ángeles. Las 142 personas que viajaban no sufrieron ningún daño.
Una experiencia parecida vivieron los viajeros del vuelo con destino a Mandalay, Birmania. El avión planeaba sin rumbo y sin que los pasajeros entendiesen lo que pasaba. El avión choca contra el suelo y los pasajeros son evacuados. Cuando se bajan del avión descubren que han aterrizado sin una de las ruedas.
Una avioneta de Washington aterrizó en medio de la autopista porque se quedó sin combustible ante la atenta mirada de los conductores. Son casos de aterrizajes de emergencia pero suponen un porcentaje mínimo porque el avión sigue siendo el medio de transporte más seguro.