España vaciada
En este pueblo conquense de 70 habitantes no tenían ninguna tienda desde hace más de 40 años. Ahora, Patricia y David han querido devolver la vida al municipio con mucho más que una tienda.
En sus pasillos encuentran productos de droguería, todo tipo de alimentos y lo más importante: compañía. Así lo asegura Mari Carmen, la teniente alcalde de Huelves (Cuenca): "La gente se junta, te cuentan sus cosas y toman café".
Sin bar, ni cafetería, ni lugares donde reunirse, cada mañana los vecinos toman café a las puertas de la tienda de ultramarinos que acaba de abrir Patricia en su pueblo natal. Hace 20 años se mudó junto a sus padres a Mallorca y hace dos años decidió volver para reinventarse con la primera
Patricia y su marido han montado este negocio en su propia casa. "Dentro de la tienda tenemos el acceso a nuestra vivienda, la entrada es lo que antes era el dormitorio", explican.
Un antes y un después en su vida y también en la de sus vecinos. Preguntando por la calle, aseguran que "hacía falta", ya que tienen todo lo que necesitan: "Antes no había nada, ni ultramarinos, ni farmacia, ni nada de nada". Aquellos que tenían coche podían comprar, pero muchos otros dependían de los camiones que llevaban fruta, pescado y otros alimentos, un día a la semana.
Ahora este negocio va mucho más allá . "Se ha convertido en un centro social", celebra la propietaria. Un hito para un pueblo en el que mucha gente mayor vive sola y ahora "van a tener un ratito de sentirse a gusto y acompañados", señala Patricia.
Una calidez que añoraban en este municipio de la España vaciada y que esperan mantener todos los días del año.