PEDÍAN 11.300 EUROS
Llegaron con sus dos hijos a Gran Canaria el verano de 2013 y pasaron dos semanas en un hotel. Y no parecieron marcharse muy disgustados. De hecho, al rellenar la encuesta, la pareja británica calificó de muy buena o excelente su estancia. Sospechosamente, tres años después, denunciaron. Decían haber sufrido una intoxicación alimentaria.
Pedían al tour operador 11.300 euros de indemnización. Al final, la justicia consideró que estaban mintiendo y les condena a pagar más de 4.000 euros por los costes judiciales. Un juez de Liverpool les ha condenado ante las pruebas que presentó el hotel.
"Tendrán que pagar por fingir una enfermedad durante sus vacaciones", titula 'The Times'. Varios medios británicos han publicado la noticia, que es la primera victoria de los tour operadores.
Estas denuncias falsas le cuestan cada año 60 millones de euros a los hoteles españoles. En sus puertas, bufetes de abogados británicos animan a los turistas a fingir. En el Reino Unido ya hay campañas contra este fraude para disuadir a los que utilizan estar artimañas con el fin de conseguir unas vacaciones pagadas.