Resumen del año
La economía española encara el nuevo año como ha terminado este 2019: ralentizada. Una palabra que hemos repetido hasta la saciedad en los últimos doce meses y que parece que seguirá siendo un básico en los siguientes porque aunque nuestros números parecen tirar, no lo hacen lo suficiente.
El último dato del PIB según el INE nos sitúa por debajo del 2% por primera vez en cinco años aunque los nubarrones que veíamos en el primer semestre del año se han despejado en cierta medida. Sin embargo, a día de hoy son muchos los analistas que no descartan una posible recesión de la economía.
Si bien, lo que está claro es que el motor ha perdido revoluciones y el desafío ahora es ver cómo va a afectar esta situación al empleo.
La creación de puestos de trabajo también se enfrenta en España, que no destaca precisamente por su capacidad para generar empleo. Los expertos señalan que con una tasa de paro por encima del 14%, todavía hay mucho camino por recorrer y mucho por hacer.
El impacto real de la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) sigue siendo una incógnita aunque ya se sabe que ha llevado a la economía sumergida, por ejemplo, a muchas empleadas del hogar.
Ahora comenzamos el año con el anuncio de que habrá una investidura y con un acuerdo de Gobierno que aboga por otra subida del SMI. Si bien, de momento no se sabe a cuánto subirá el SMI, el sueldo de los funcionarios o las pensiones, el otro gran reto que deberá afrontar el nuevo Ejecutivo.
En 2020 es esencial una reforma de calado que parte del escenario político más complejo que se ha visto en España en mucho tiempo y de un Pacto de Toledo completamente desarmado.
Además, con los Presupuestos Generales del Estado de 2018 prorrogados de nuevo y el déficit desatendido, habrá que afinar mucho para cuadrar las cuentas del país.