ALGUNOS, EN CONDICIONES INFRAHUMANAS
Algunos temporeros viven en condiciones infrahumanas: cocinan en un hornillo, se duchan con cubos y algunos duermen en el suelo. No tienen agua, tampoco luz y pasan mucho frío.
Es el caso de Tayú, de tan solo 18 años y procedente de Mali. Trabaja recogiendo aceituna en un pueblo de Jaén. Por ocho horas de trabajo debería cobrar alrededor de 60 euros, pero la realidad es que en muchos casos no llega ni a los 25. Es una situación que se da en España y en el resto de Europa. Se concentran sobre todo en Cataluña, Murcia y Andalucía
En España hay actualmente casi 170 mil temporeros regulados de origen extranjero. El 70% de ellos vienen de fuera de la Unión Europea y como Tayú, se enfrentan cada mañana a la incertidumbre de no saber si alguien los recogerá para ir a trabajar.