EL SECTOR AUTOMOVILÍSTICO SE ENFRENTA A UN RETO IMPORTANTE
En los años 50, el sueño de los ciudadanos era tener un coche propio nada más cumplir los 18 años, tendencia que ha cambiado con el paso de los años.
A la juventud de hoy les gusta moverse por la ciudad en bicicleta y compartir coche para moverse en grandes desplazamientos, lo que se conoce como "car sharing".
El número de jóvenes con carnet de conducir ha descendido un 20% en las últimas 3 décadas, en buena medida ese cambio lo han provocado las nuevas tecnologías y las redes sociales.
Hoy en día, el mayor símbolo de libertad y emancipación de la juventud no es tener un coche, sino poseer por ejemplo una tablet o un teléfono inteligente que les conecte con el mundo.
Moverse en transporte público les permite desplazarse por la tierra al mismo tiempo que navegan por el ciberespacio. A eso hay que añadirle el gasto que supone comprar un coche, la gasolina, el seguro, los impuestos, etc.
Los jóvenes tienen cada vez menos interés en adquirir un coche propio y eso supone un nuevo desafío para la industria del automóvil.
La solución podría pasar por ofrecer a los jóvenes de hoy, que son los adultos de mañana, coches inteligentes que conduzcan solos mientras ellos consultan su teléfono móvil.