Narcotráfico
Un astillero pontevedrés surte de embarcaciones de última generación a la Guardia Civil.
Fue la cuna del narcotráfico durante los años 80 y 90, pero ahora Galicia ofrece la solución de la lucha contra la droga. Tras el fatídico desenlace del estrecho de Gibraltar, un astillero de renombre y con mucha historia, ha vuelto a la memoria de muchos: Aister Aluminium Shipyard.
En la pequeña localidad pontevedresa de Moaña, de menos de 20.000 habitantes, y oculta entre otros edificios de mayor tamaño, se encuentra la empresa que se encarga de suministrar patrulleras ultrarrápidas a, entre otros, la Guardia Civil. Dos de las seis embarcaciones encargadas en los últimos meses ya están listas y esperan incorporarse a los trabajos en aguas del sur antes de verano, la primera, posiblemente, este próximo mes de abril.
Uno de los buques insignia de esta empresa gallega es la HS60, capaz de alcanzar velocidades nunca antes logradas, girar bruscamente y detenerse en poco más de 30 metros pese a la revolución de sus motores. La solución para enfrentarse a las infraestructuras marítimas de los narcotraficantes.
La Guardia Civil cuenta actualmente con un parque marítimo "muy envejecido", de unos 20 años, y en este astillero se ofrece la solución. Embarcaciones de última generación y punteras en el sector alumínico naval del mundo. Todo un ejemplo de la lucha contra el narcotráfico.
Quienes operan en el estrecho lo hacen sobre embarcaciones especialmente diseñadas para ello: de una gran eslora, con hasta cinco motores de gran potencia y con estructuras robustas.
¿Dónde se construyen? Galicia siempre ha sido uno de los rincones del mapa elegidos por los narcotraficantes para ello. "Cada vez menos, pero siguen existiendo. Este año pasado han sido tres los talleres clandestinos desmantelados, aunque sigue habiendo más de los que nos gustaría", comentan fuentes de la Guardia Civil en Galicia.
Además, existe otro problema añadido. La cercanía de Galicia a Portugal dificulta las laboras de vigilancia de estos almacenes de embarcaciones. "En Portugal las narcolanchas no son ilegales, así que pueden llegar desde allí hasta las costas gallegas sin, a penas, tiempo para ser divisadas", explica Fernando Alonso, presidente de la Asociación Gallega Contra el Narcotráfico.
Por esto, desde los sectores que luchan contra la expansión del narcotráfico en nuestro país, se llama a un mayor tino en la legislación del país vecino, además de a una mayor inversión estatal en los medios que utiliza, actualmente, la Guardia Civil para luchar contra esta lacra.
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