FACTURA EN LA SOMBRA
Cada vez que acudimos a nuestro médico de cabecera estamos haciendo un gasto de más de 80 euros, una consulta de urgencia hospitalaria cuesta 120 y el envío de una ambulancia preparada a nuestra casa supera los 300.
Curar un simple esguince sin demasiadas complicaciones excede los 1.500 euros, algo similar a lo que cuesta tratar una reacción alérgica.
Así lo detalla la Resolución del Instituto Nacional de Gestión Sanitaria, publicada en el Boletín Oficial del Estado.
Pero aún hay más: Acudir al hospital con una insuficiencia cardiaca tiene un precio de 4.100 euros, y si necesitáramos un transplante la intervención superaría los 90.000, el triple que un transplante renal.
Se nos quitarían también las ganas de tener hijos, porque un parto sin complicaciones ronda los 1.600 euros y con cesárea 3.000 más. Tal vez la próxima vez que acudamos al médico nos planteemos si lo necesitamos de verdad.