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Hosteleros gallegos, obligados a reducir horarios por falta de personal: "No hay gente para trabajar"

María José lleva 27 años al frente de su restaurante y por primera vez se ha visto obligada a modificar sus horarios: "Yo no encuentro gente para mi negocio y no podemos llegar a todo".

Desde hace un mes el emblemático Restaurante Albariño en Ribeira, A Coruña, cierra su cocina durante la semana: "Por la semana abrimos de 7:00 a 12:00, solo en horario de cafetería, la cocina la abrimos los fines de semana". María José Bouzas sabe bien lo que es trabajar duro en este sector. De niña vio cómo lo hacían sus padres, y hace 27 años ella tomó las riendas del negocio. "Fue muy difícil tomar la decisión, nunca me imaginé esta situación", explica.

Las causas son difíciles de analizar pero, asegura, no es una cuestión de dinero: "Los sueldos aquí son por convenio como mínimo". Mientras hablamos no lo duda y va en busca de una nómina. "Aquí lo tienes, 1.350 euros a percibir". Efectivamente, esa es la cifra, y a esto hay que sumarle las propinas que pueden ser un buen extra.

La pandemia lo cambió todo

Antonio Alján, de El Gourmet de Alján, vive una situación similar. En su caso ha eliminado el servicio de cenas durante la semana. En su establecimiento trabajan en estos momentos ocho personas pero en temporada alta necesita, mínimo, quince.

"La situación cambió radicalmente con la pandemia", explica. Asegura que con el cierre de los establecimientos que no resistieron la situación, muchos trabajadores abandonaron el sector y buscaron trabajo en otras áreas: "Muchos ya no volvieron porque aunque ganen un poco menos de dinero ganaron calidad de vida y no quieren volver a esto".

Por eso él apela a un cambio más profundo en la hostelería: "Si queremos ser europeos tenemos que comportarnos como tal, porque no se puede ir a las 4:00 de un restaurante. Si se va uno a las 00:00 un camarero o la cocina, gana calidad de vida".

En busca del equilibrio

Un equilibrio complicado entre el clásico "el cliente siempre tiene la razón", y el actual "hay que fomentar la conciliación". Un equilibrio que por el momento todavía no hemos alcanzado pero que la hostelería espera resolver. "Los tiempos están cambiando, eso es un hecho", apunta María José.

Por el momento, cuando se cumple más o menos un mes de estos nuevos horarios, estos hosteleros se preparan para echar cuentas y analizar la rentabilidad de sus negocios ante esta situación. ¿Ha venido para quedarse? Veremos.