Economía
Este pasado jueves, Estados Unidos entró oficialmente en recesión tras una contracción de su PIB. La gran duda es si ello puede afectar también a Europa. Analizamos todas las claves sobre la contracción económica mundial.
La economía mundial comienza a verse en serios apuros. Estados Unidos ya ha entrado oficialmente en recesión después de que su PIB haya sufrido una contracción durante el segundo semestre del año. Los elevados precios, así como la inflación que no cesa, han obligado a la Reserva Federal a subir los tipos de interés un 0,75 %, para tratar de contener una situación que comienza a complicarse, y para la cual hay soluciones muy limitadas.
En Europa, nos encontramos con más de lo mismo. En el caso del continente europeo, la subida de los tipos de interés para contener la inflación fue algo más ligera, dado que el Banco Central Europeo subió los tipos de interés un 0,5 %. Pero, ¿por qué Europa los subió en menor medida que Estados Unidos? La pregunta se encuentra en la subida de la inflación, puesto que en la Unión Europea, los precios subieron un 8,6 %, mientras que en Estados Unidos subieron hasta un 9,1 %.
La subida de precios en Estados Unidos trastoca la economía mundial de manera muy notable, principalmente porque es el país con el PIB más alto del mundo, y su caída puede propiciar que el resto de países sigan un curso similar, especialmente aquellos con condiciones económicas similares. La economía de España, según ha indicado el INE este viernes, creció un 1,1 % durante el segundo trimestre del año, pero ha alcanzado su récord de inflación desde 1984, habiendo escalado hasta el 10,8 % en julio.
¿Qué medidas deben tomarse para reducir la inflación?
La subida de precios no está siendo propiedad exclusiva de Estados Unidos ni de España, sino que está extendiéndose a todo el mundo. Ello, unido a la mala gestión política en algunos países, ha llevado a que naciones como Sri Lanka hayan caído prácticamente en la bancarrota y necesiten urgentemente un rescate para poder tener los recursos más básicos. La cuestión es, ¿cómo podemos atajar la inflación en los países que tenemos una economía tendiente a ser próspera y fuerte?
La clave, según indican por unanimidad los expertos, está en reducir la demanda. Si ello se mantiene durante un tiempo, se conseguirá reducir la permanente subida de los precios, puesto que un consumo creciente con los precios actuales tiene garantizado que la inflación no pueda ser frenada. La subida de los tipos de interés ayuda, aunque las instituciones esperan no tener que hacerlo hasta pasado un tiempo considerable, dado que ello podría volver a causar una crisis económica como la que estalló en 2008.
Un síntoma de la gravedad actual en la política económica es la paridad que han alcanzado el euro y el dólar este mes de julio, por primera vez en 20 años, y que debe llevar a la Unión Europea a dialogar con Estados Unidos a buscar una salida conjunta. La mejor de las opciones que barajan ambos países es acordar una política monetaria que permita volver a ensalzar el valor de ambas monedas sin que ambas decaigan considerablemente, como ha ocurrido este año.