H2Med
La infraestructura del H2Med toma relevo al MidCat. Se espera que esté listo para transportar hidrógeno verde en 2030.
Con la llegada de la crisis energética y la misión de cortar la dependencia del gas y petróleo ruso, la transición hacia las energías limpias se ha vuelto algo indispensable en Europa. España, Francia y Portugal apostaron en diciembre por el corredor de hidrógeno verde H2Med, proyecto del que Alemania formará parte.
La infraestructura toma relevo al MidCat, un gasoducto transpirenaico que contaba con el respaldo de Madrid pero no de París. Para conseguir avanzar en la situación, los tres Gobiernos anunciaron un "acuerdo político" que dejaba de lado el gasoducto para impulsar un "corredor de energía" con el objetivo de interconectar la Península Ibérica con el resto de la Unión Europea.
H2Med: Financiación e infraestructura
Esta interconexión costará 2.500 millones de euros, de los que la mitad serán financiados con fondos de la Unión Europea (UE) y la otra mitad por los tres países. La infraestructura se dividirá en unconducto terrestre de 248 kilómetros entre Celorico da Beira, en Portugal, y Zamora, con un coste de unos 350 millones de euros. Y en un enlace submarino entre Barcelona y Marsella, una conexión que medirá 455 kilómetros y alcanzará una profundidad máxima de 2.557 metros. Desde Marsella, ahora continuará hacia Alemania.
La infraestructura transportará hidrógeno verde al resto de Europa. El hidrógeno es el elemento químico más abundante en el planeta, pero para utilizarlo hay que separarlo de la materia. Al realizarlo con energías limpias y renovables, pasa a llamarse hidrógeno verde.
No se podrá usar para enviar gas a otros puntos de Europa, como había anunciado al principio el Gobierno. Ese era un requisito indispensable para que la Unión Europea financiara el 50% del coste total.
Objetivo: 2030
El objetivo es que arranque su construcción entre 2024 y 2025 y esté lista para 2030. Se espera que sea capaz de transportar desde España 2 millones de toneladas de hidrógeno verde al año, lo que representará el 10% del total consumido por la UE. En 2050, se estima que sea el 20% de toda la energía en Europa.