CERCA DEL 2% EN 2014
"Las previsiones actuales son el 1,2% y 1,8%. Evidentemente si hay una mejora nos acercaremos al 1,5% y 2%", ha señalado el ministro, tras asegurar que los indicadores adelantados de crecimiento y empleo son mejores de lo previsto en el cuadro macroeconómico de abril. No ha precisado las nuevas cifras que se conocerán en septiembre, pero sí ha dicho que la mejora se notará sobre todo en las magnitudes de empleo, puesto que el Gobierno espera que la creación de puestos de trabajo se duplique en 2015.
El pasado mes de abril, el Gobierno aseguró que España crearía 600.000 empleos en términos de Encuesta de Población Activa durante 2014 y 2015, mientras que el número de parados se reducirá en 800.000, cifras que serán previsiblemente elevadas en septiembre.
Según Guindos, la mejora de las variables se puede producir porque, a pesar de que la economía española está muy vinculada a la europea, España cuenta ahora con unos fundamentos económicos "muy sólidos" que le permiten hacer frente a la desaceleración de la zona euro y evitar lo que ocurrió a finales de 2010, cuando la pequeña recuperación "se agotó" por otro parón económico. "Claro que somos sensibles a lo que ocurre en el resto de Europa, pero lo que ha cambiado esencialmente es que en estos momentos los fundamentos de la economía española son mucho más sólidos y evidentemente podemos hacer frente a una desaceleración en la zona euro con mucha más base y solidez que hace tres años", ha señalado.
De hecho, Guindos ha recordado que España ha sido uno de los países de Europa que más ha crecido en el primer semestre pese al estancamiento europeo, con cuatro trimestres consecutivos de incrementos que le permiten crecer actualmente, en términos anualizados, a una velocidad de crucero de entre el 2% y el 2,5%. Además, ha avanzado que la cifra del tercer trimestre del año volverá a ser "buena", porque los indicadores siguen siendo positivos.
"La recuperación continúa y estoy convencido de que continuará en los dos trimestres que quedan de ejercicio", ha dicho Guindos, tras asegurar que el PIB se seguirá acelerando y que el entorno europeo mejorará, puesto que Alemania retomará el crecimiento en el tercer trimestre e Italia y Francia previsiblemente pondrán en marcha reformas estructurales para generar confianza e impulsar su PIB.
Según Guindos, la fragilidad de la zona euro está vinculada a cuestiones estructurales de la región, por lo que no hay que pensar en la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE) para dar solución a esos problemas, sino en las reformas económicas. A su parecer, la política monetaria puede generar liquidez cuando hay problemas concretos y ayudar a ganar tiempo, "pero no es la cura de los problemas estructurales". Además, el BCE ya anunció en junio un paquete de medidas "muy importante" (bajada de tipos, tasa de depósitos en negativo, inyecciones condicionadas de liquidez a largo plazo y fin de la esterilización de la liquidez inyectada mediante el programa de compra de bonos) que, en opinión del ministro, seguramente "funcionará bien".
De la misma forma, ha recordado que Europa cuenta también con el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, que permite flexibilizar los objetivos de déficit si el crecimiento de algunos países queda por debajo de lo que se preveía, aunque, tal y como ha señalado, ningún ministro europeo ha pedido esta flexibilización, porque cumplir los objetivos de déficit sigue siendo una prioridad.
De hecho, se ha mostrado convencido de que España cumplirá su objetivo de reducir el saldo negativo de las cuentas públicas al 5,5% este año y al 4,2% en 2015. En este sentido, ha recordado que se están generando ahorros importantes en otras partidas --5.000 millones en el pago de intereses de la deuda--, que la recaudación está subiendo cerca de un 6%, que mejorarán las cuentas de la Seguridad Social gracias a la recuperación del empleo y que la reforma fiscal no sólo elevará la renta disponible de los ciudadanos, sino que mejorará el funcionamiento de la economía.
También ha asegurado que se cumplirá la previsión de deuda de este año (99,5%) a pesar de las dudas de algunos organismos internacionales. Según Guindos, esta magnitud creció mucho en los primeros meses del año por la aceleración de emisiones, pero este efecto se verá atemperado en los próximos meses porque el Tesoro reducirá las subastas y las dilatará en el tiempo.
"Las cifras plasmadas en el Programa de Estabilidad son perfectamente factibles", ha dicho, tras asegurar además que las exportaciones también mejorarán en la segunda parte del año y que el país acabará 2014 con una capacidad de financiación frente al resto del mundo próxima al 1% y un superávit por cuenta corriente próximo al 0,5%.
Guindos ha indicado que el mercado es consciente de todas estas mejoras, lo que ha llevado a las agencias de calificación a mejorar la nota española. En el futuro, tal y como ha explicado, el Gobierno seguirá trabajando para que vuelvan a elevar el rating de España. "Espero que esto sea así", ha dicho.
El ministro ha repasado también la situación de precios en España después de que la inflación cayera tres décimas en julio, y ha reconocido que en los próximos dos o tres meses se mantendrá en negativo. Sin embargo, ha confiado en que el IPC cierre 2014 con un ligero incremento, aunque menor al previsto inicialmente (0,5%). Pese a resaltar la necesidad de que la inflación suba un poco en España y en Europa, Guindos ha explicado que un nivel de precios bajos también tiene efectos positivos y que un modelo económico basado en inflación contenida, creación de empleo y moderación de salarios es "mucho más saludable" que el que había antes de la crisis.
Sin embargo y a pesar de asegurar que la moderación salarial ha sido fundamental durante el ajuste, ha reconocido que ya existe cierto margen para que algunas empresas o sectores empiecen a subir los sueldos a sus empleados porque ya han ganado mucha productividad y han mejorado considerablemente sus niveles de eficiencia. "Lógicamente esas empresas podrán subir salarios, pero también hay que tener en consideración que la inflación es muy reducida", ha indicado.
En cualquier caso, ha recordado que los salarios no son una competencia del Gobierno y que son los agentes sociales los que tienen que negociar las posibles subidas. "El Gobierno no tiene un botón para fijar cuanto tienen que subir o bajar, forma parte de la interlocución de los agentes sociales", ha dicho.
Preguntado por si el Gobierno baraja la posibilidad de elevar el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) para recuperar el terreno perdido con las congelaciones de 2011 y 2012, Guindos se ha limitado a decir este salario afecta a un porcentaje muy reducido de la población y que no es una variable fundamental para determinar la evolución salarial.
Igualmente, ha asegurado que el Gobierno no se plantea en estos momentos bajar las cotizaciones sociales a las empresas, tal y como demandan los empresarios, puesto que el Ejecutivo decidió centrar su estrategia en incentivar la nueva contratación indefinida con medidas muy atractivas para los emprendedores como la tarifa plana de 100 euros que, a su juicio, está funcionando muy bien.