Le reclamaban una compensación de 5.000 millones de dólares (4.505 millones de euros) por el rastreo de los datos de navegación de los usuarios cuando se utilizaba el 'modo incógnito'.
Google ha llegado a un acuerdo para resolver la demanda mediante la que le reclamaban una compensación de 5.000 millones de dólares (4.505 millones de euros) por el rastreo de los datos de navegación de los usuarios cuando se utilizaba el 'modo incógnito'.
La jueza de distrito, Yvonne González Rogers, quien ya rechazó en verano la petición de la multinacional de desestimar el caso, tomó la decisión este jueves de suspender el juicio que iba a llevarse a cabo el 5 de febrero de 2024, después de que Google y el bufete de abogados Boies Schiller Flexner, quien interpuso la demanda en el año 2020, alcanzasen un acuerdo preliminar.
"Los demandantes y Google acordaron una serie de términos vinculantes que resolverían los reclamos en este litigio, pendiente de la aprobación del Tribunal", han trasladado las partes, que preparan un acuerdo de conciliación final y definitivo.
Las partes tienen previsto ejecutar el acuerdo de conciliación dentro de los 30 días siguientes al registro y, después, presentarlo para la aprobación del Tribunal en los 30 días posteriores, "es decir, dentro de los 60 días siguientes a este registro", recoge el documento.
"Para evitar el desperdicio innecesario de recursos judiciales y permitir que las partes concentren sus esfuerzos enteramente en finalizar el acuerdo, las partes solicitan conjunta y respetuosamente que la Corte suspenda este litigio en su totalidad y anule la fecha del juicio", finalizan.
Los denunciantes alegaron en su demanda de 2020 que Google podía rastrear su actividad incluso cuando utilizaban el 'modo incógnito' del navegador Chrome de Google, de manera que reclamaban a la multinacional una compensación de al menos 5.000 dólares en daños y perjuicios por cada usuario.
En diciembre, Google ha tenido que hacer frente a varias decisiones judiciales contrarias a sus intereses, tales como la del jurado federal que determinó que la compañía de Mountain View no respetó las reglas antimonopolio mediante las prácticas empleadas en su tienda de aplicaciones Play Store, perjudicando los intereses de desarrolladores como Epic Games, propietario de 'Fortnite'.