Purpurina
La venta de purpurina estará prohibida en toda la Unión Europea dentro de 20 días. Bruselas quiere combatir los efectos que tienen los microplásticos en los ecosistemas. Se estima que retirando la purpurina del mercado europeo se puede evitar el vertido de 500.000 toneladas de microplásticos en 20 años.
Comienza el día para Hellen en su tienda de artículos de fiesta en Madrid, nos enseña botes llenos de purpurina de colores. Es su producto estrella y lo utiliza para decorar globos de cumpleaños, números y letras para las tartas o carteles decorativos en fiestas. La decisión de Europa le afecta directamente, ya que tendrá que tirar a la basura cerca de 20 botes grandes y lo que más le preocupa, tiene poco más de dos semanas para reconvertir su negocio, cuyo reclamo es la purpurina en otra idea que salve su tienda.
Hellen nos cuenta que tendrá que utilizar rotuladores para poner los nombres en los globos o vinilos, algo que asegura, será mucho más caro y lento para los clientes. Los precios en su tienda como ocurre en otros sectores en muchas zonas de España.
Los carnavales, la Navidad, las fiestas de cumpleaños podrían dejar de brillar de la misma manera a partir de octubre. La Unión Europea quiere que los microplásticos primarios dejen de comercializarse. Se considera microplástico primario aquel que sale de fábrica con un tamaño comprendido entre 5 milímetros y 1 micra. Y la purpurina entra en ese grupo, pero también otros productos como las perlas que se utilizan como exfoliantes en cosmética, suavizantes en detergentes de lavado textiles o las bolitas de caucho que están en las bases de los campos de césped artificial.
Entre todos los microplásticos, Europa da un plazo de 20 días para su desaparición a aquellos que considera que tienen una alternativa. Es el caso de la purpurina, que según Roberto Rosal, Catedrático de Ingeniería Química en la Universidad de Alcalá, se puede fabricar también con celulosa, con mica o con otros productos que no implican utilizar los polímeros sintéticos.
En el caso de las bolitas de caucho que cubren los campos de césped artificial, Europa da un plazo mayor para que puedan buscar alternativas a su utilización.
Con esta medida la Unión Europea quiere frenar el impacto que tienen los microplásticos en los ecosistemas pero también en los humanos, algo que aún se desconoce al completo, ya que se han encontrado restos de microplásticos en la sangre humana. Este año se han encontrado microplásticos incluso en el Teide, en Tenerife.
Se cree que esas partículas llegan al mar y a los ríos, o vuelan por el aire. Esos microplásticos son ingeridas por los peces y otros animales, hasta llegar a través de la cadena alimenticia a los humanos. Se estima que en 20 años, solo retirando la purpurina del mercado europeo se puede evitar el vertido de 500.000 toneladas de microplásticos, frenando sus efectos en el planeta. Así quizá el brillo de la purpurina clásica se apagará para arrojar algo de luz a nuestro medio ambiente.