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Sequía

La escasez de agua: un mal para muchos, un negocio para pocos

Los distribuidores de agua potable están trabajando más que nunca, pero otros sectores, como el de las piscinas, auguran un verano negro.

En pleno mes de mayo ya hay decenas de municipios de toda España -especialmente en Cataluña y Andalucía- que reciben el agua mediante camiones cisterna. Los distribuidores de agua potable están trabajando más que nunca, pero otros sectores, como el de las piscinas, auguran un verano negro.

Acudimos al municipio de Humilladero, situado en la malagueña comarca de Antequera. Aquí sus vecinos llevan ya tiempo recibiendo el agua potable en camiones, no por el grifo.

Los lunes y los jueves, fiel a su cita, acude el camión cisterna a repartir la deseada agua entre los 3300 habitantes de esta localidad, que resignados hacen cola cargados de bidones. Cada uno lleva uno, dos y hasta cinco recipientes para poder beber agua hasta el próximo día de reparto. Son 10.000 litros los que caben en la cuba y cada vez que pasa el camión por el pueblo se acaba el agua.

Jesús Arranz, propietario de la empresa que reparte el agua, reconoce que están desbordados con la situación que se vive en la zona. De hecho, han tenido que comprar más camiones y ampliar la plantilla para poder hacer frente a estos repartos extraordinarios.

Y mientras la escasez de agua beneficia la actividad empresarial de algunos, puede suponer la ruina económica para otros. Si apenas hay agua para el consumo, es casi seguro que no la habrá para el ocio en algunos lugares. Todo el sector relacionado con las piscinas teme que se impongan las restricciones de agua este verano y no se puedan abrir muchas piscinas.

Aunque también en este caso hay quien se busca las mañas para rentabilizar esta situación de sequía. Es el caso de Alfonso Piquer, regente una empresa que ha incrementado un 25% sus ventas comercializando productos desinfectantes y limpiadores para reutilizar este año el agua de aquellas piscinas que no se vaciaron al acabar la temporada del año pasado. De esta manera sale ganando él y salen ganando muchos propietarios de piscinas que no necesitarán malgastar agua nueva para refrescarse este verano.

Otro negocio relacionado con el agua (y con la escasez de este preciado bien) es el de la jardinería, sobre todo lo que tiene que ver con el césped. Si no hay agua, no se puede regar, así que cada vez son más los que están apostando por sustituir la hierba natural por césped artificial.

Encontramos a Jesper Rasmussen trabajando, como no podía ser de otra manera. Él es distribuidor de césped artificial y reconoce que estos días está trabajando más que nunca. Aunque claramente hay notables diferencias entre la hierba natural y la artificial, esta última goza de la ventaja de no necesitar ni una sola de agua para seguir luciendo un verde intenso incluso en los meses más calurosos del año.

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