Empresas
El presidente de Grupo Galilea dice que el pacto de investidura les da más inestabilidad. Naturhouse, una de las empresas que se marchó tras el procés, no piensa volver a Cataluña.
"No sé qué harán los demás, pero yo no voy a volver". Así de contundente empieza la entrevista a Félix Revuelta, el presidente de Naturhouse. Fue una de las primeras empresas en marcharse de Cataluña tras el procés. Es más, con el panorama actual, el empresario no descarta incluso trasladar su sede fuera de España. "Estamos en una situación muy grave y una inseguridad jurídica muy fuerte", asegura Revuelta, "yo como empresario estoy estudiando y planteándome qué voy a hacer en el futuro".
Preguntado por el pacto entre Junts y el PSOE, Revuelta se muestra muy crítico: "por gobernar no se puede hacer esto, ahora vamos a ver cómo lo pagamos los españoles". Y añade que hemos perdido "imagen de España, prestigio y honor".
Grupo Galilea es una correduría de seguros con sede en Barcelona. Ellos decidieron continuar allí, pero su presidente nos cuenta que "precisamente este pacto lo que da es menos estabilidad al empresariado de Cataluña". Asegura que el procés "causó un gran prejuicio a los empresarios" y que ahora a "una serie de señores que dicen que lo volverán a hacer, se les da oxígeno".
Denuncia que las empresas catalanas están "muy maltratadas fiscalmente" y que ahora a eso hay que sumarle "una inestabilidad política y social". Por eso califica el futuro de "oscuro, negro, triste y aburrido".
Desde el Instituto de Empresas Familiares se suman a la petición de estabilidad, que han hecho estos días diferentes voces del mundo de la empresa como el presidente de Mercadona Juan Roig. Su director general, José Luis Blanco, ha dicho en una entrevista en Espejo Público que hay "una cierta sensación de desasosiego al ver cómo las instituciones parecen entrar en confrontación, al ver cómo parece que somos bloques irreconciliables". Y eso, ha sentenciado, "no coincide con la realidad de la España del día a día", además de implicar "una pérdida de confianza por parte de los inversores internacionales".
Casi 9.000 empresas, en concreto 8.934, han abandonado Cataluña desde 2017, según las cifras que maneja el Colegio de Registradores. Solo este año, hasta septiembre, se han marchado 679. Pero también se han instalado allí otras 571.