ASÍ LO VIVIMOS
En 2004 un estadounidense de 62 años pilotaba la 'SpaceShipOne', la primera nave financiada con capital privado, concretamente por Paul Allen, el co-fundador del gigante informático Microsoft junto con Bill Gates.
Los viajes al espacio parecían cercanos, posibles y una buena fuente de ingresos, por lo que no tardaron en aparecer otras empresas interesadas en ser las primeras en el turismo espacial.
Desde entonces, todas ellas han puesto fecha al inicio de los viajes espaciales. Pero lo cierto es que, aunque ya han cobrado a sus clientes altas sumas de dinero y tienen una larga lista de espera, todas continúan aplazándolo.
Ejemplo de ello es la empresa Virgin Galactic, propiedad de Richard Branson. El empresario, en una entrevista para la BBC expresaba su deseo de volar al espacio “en meses y no en años” y aunque el británico parece estar haciendo todo lo posible para acelerar el proceso, el accidente en una de las pruebas en 2014, en el que murió el piloto Michael Alsbury, no hizo más que postponer nuevamente las fechas de lanzamiento.
La última empresa en aplazar los viajes ha sido la del magnate tecnológico Elon Musk. Spacex anunciaba en febrero de 2017 que planeaba realizar un primer vuelo sin tripulación a finales de 2017 utilizando la cápsula Dragon 2. Después, su intención era continuar con un viaje ya tripulado en junio de este año para transportar a dos personas a la Luna y de vuelta a la Tierra. Sin embargo, la empresa ha anunciado que hasta agosto no probará la Dragon 2, y que el vuelo con pasajeros no sucederá antes de diciembre.