EN 2012
El Fondo Monetario Internacional (FMI) modificó un informe negativo para España en 2012 para no alarmar a los inversores. En plena crisis económica describían la situación de la economía española como "desoladora".
Sin embargo, finalmente decidieron definir la situación por la que pasaba España como "muy difícil". Algunos miembros del FMI criticaron este cambio por considerar que vulneraba las normas de transparencia de la institución internacional.