Economía
La economía española creció un 0,4% en el tercer trimestre, lo mismo que en el trimestre precedente, con lo que sigue avanzando a su menor ritmo en tres años, según el avance de la Contabilidad Nacional publicada este jueves por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
En términos interanuales, el PIB creció un 2% en el tercer trimestre, lo mismo que en el segundo y una décima por debajo del objetivo del Gobierno para este año (2,1%), que recientemente fue revisado a la baja en el marco del Plan Presupuestario enviado a Bruselas.
Con los datos del tercer trimestre, la economía española acumula 23 trimestres consecutivos de tasas interanuales positivas, mientras que con el avance trimestral del 0,4% se acumulan 24 trimestres consecutivos de alzas.
Entre julio y septiembre, mejoraron el consumo y la inversión, en tanto que empeoró el comportamiento de las exportaciones. En concreto, el gasto en consumo final se incrementó un 1%, nueve décimas más que en el segundo trimestre, con un avance del 1,1% en el caso del consumo de los hogares, su mayor repunte desde el primer trimestre de 2017.
El gasto público también se aceleró en los meses de verano tras aumentar un 0,9%, cinco décimas más que en el segundo trimestre, mientras que el gasto en consumo de las instituciones sin fines de lucro creció un 2%, cifra 1,3 puntos superior a la del trimestre anterior.
Por su parte, la formación bruta de capital fijo (inversión) volvió a tasas positivas y se incrementó un 1,3%, frente al estancamiento experimentado en el segundo trimestre. La inversión en vivienda entró en negativo y retrocedió un 2,6% en el trimestre, mientras que la inversión en maquinaria, bienes de equipo y sistemas de armamento se disparó un 7%, en contraste con el descenso del 1,7% del segundo trimestre.
Entre julio y septiembre, las exportaciones entraron en negativo al mostrar un descenso trimestral del 0,8%, frente al avance del 1,7% del segundo trimestre, en tanto que las importaciones aceleraron cuatro décimas su ritmo de crecimiento, hasta el 1,3%.
La demanda interna tira del PIB
El PIB también mantuvo el tono en valores interanuales al mostrar en el tercer trimestre un crecimiento del 2%, el mismo que en el trimestre anterior. La demanda nacional contribuyó con 1,8 puntos al crecimiento, ocho décimas más que en el segundo trimestre, mientras que la demanda externa aportó 0,2 puntos, ocho décimas menos.
El PIB a precios corrientes aumentó un 3,7% en tasa interanual, dos décimas menos que entre abril y junio. Con ello, el deflactor implícito de la economía avanzó un 1,7%, porcentaje una décima inferior al del trimestre anterior. Los dos principales componentes de la demanda nacional (consumo e inversión) mostraron en el tercer trimestre tasas positivas interanuales y superiores a las del trimestre anterior. Así, el consumo aumentó un 1,7%, siete décimas más que en el segundo trimestre, mientras que la inversión aceleró su avance anual hasta el 2%, desde el 1% anterior.
Dentro de la partida del consumo, el de los hogares mejoró nueve décimas su crecimiento anual, hasta el 1,5%, mientras que el de las instituciones sin fines de lucro se aceleró 1,7 puntos, hasta el 2,4%.
También el crecimiento del gasto público pisó el acelerador, en este caso tres décimas, hasta el 2,5%. La inversión registró un crecimiento interanual del 2% tras dispararse la inversión en maquinaria, bienes de equipo y sistemas de armamento un 5,6% (-2,2% en el trimestre anterior) y entrar la inversión en vivienda en negativo, con un retroceso interanual del 0,7%.
Las exportaciones crecen al 2,3%
En el tercer trimestre del año, las exportaciones ampliaron su crecimiento interanual una décima, hasta el 2,3%, mientras que las importaciones avanzaron un 2%, en contraste con el retroceso del 0,7% que experimentaron en el trimestre anterior. Desde la óptica de la oferta, la industria y la agricultura presentaron en el tercer trimestre un mejor comportamiento interanual que en el trimestre anterior.
Así, el valor añadido bruto de la industria creció un 1,8%, tasa 1,6 puntos superior a la del trimestre anterior, mientras que la agricultura regresó a tasas positivas y avanzó un 0,1% (-4,6% en el trimestre anterior). Por contra, la construcción moderó su tasa de crecimiento interanual hasta el 2,4%, desde el 5,2% del segundo trimestre, en tanto que los servicios desaceleraron cuatro décimas su avance interanual, hasta el 2,4%.
El empleo crece a su menor ritmo en cinco años
En cuanto al empleo, el INE asegura que esta variable, medida en términos de puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo, creció entre julio y septiembre un 0,1% respecto al trimestre anterior, cuatro décimas menos que en el trimestre anterior. En tasa interanual, el empleo registró un avance del 1,8%, siete décimas menos que en el trimestre anterior, lo que supone la creación neta aproximada de 332.000 empleos equivalentes a tiempo completo en un año.
Esta tasa de crecimiento interanual es la más baja desde el tercer trimestre de 2014. Entre julio y septiembre, la ocupación en los sectores de construcción y servicios moderaron su crecimiento interanual al 2,2% y al 1,9%, respectivamente, mientras que el empleo en la industria aceleró su avance 1,2 puntos, hasta el 2,6%. Por contra, la agricultura destruyó empleo por séptimo trimestre consecutivo y a mayor intensidad que en el segundo trimestre, con un retroceso interanual del 1,7%.
La remuneración de los asalariadosmodera su avance
El empleo asalariado, por su parte, creció un 2,3% interanual entre julio y septiembre, cuatro décimas menos que en el trimestre anterior. La productividad por puesto de trabajo equivalente a tiempo completo avanzó un 0,1%, regresando a tasas positivas tras cinco trimestres en negativo.
Por su lado, la productividad por hora efectivamente trabajada se incrementó un 1,1%, cuatro décimas más que en el trimestre anterior. En este contexto, la remuneración de los asalariados pasó de crecer un 5,2% a aumentar un 4,6% como consecuencia de la evolución del número de asalariados y del descenso en dos décimas de la remuneración media por asalariado (del 2,4% al 2,2%).
Así, el crecimiento del coste laboral por unidad de producto (CLU) se situó en el 2,1%, cuatro décimas por encima de la variación experimentada por el deflactor implícito de la economía (1,7%).