Métodos de pago
En España, hay cerca de 90 millones de tarjetas de crédito y débito en circulación. A continuación, te explicamos en qué se diferencian y cómo pueden beneficiarte según tus necesidades.
Hoy en día, más del 85% de la población bancarizada española dispone de una tarjeta de débito para hacer sus pagos, y el 56% afirma tener una tarjeta de crédito, cuyo uso es menor entre los usuarios. Aunque ambas herramientas son ampliamente utilizadas en transacciones cotidianas, presentan diferencias clave que es importante conocer para hacer un uso responsable y eficiente de cada una. Aunque a simple vista puedan parecer similares, ambas cumplen funciones distintas y ofrecen características particulares que pueden marcar la diferencia en tu gestión financiera.
Las tarjetas de débito y crédito son rectangulares, están hechas de plástico, tienen un chip y requieren de un código PIN para realizar operaciones. Sin embargo, las similitudes terminan aquí, ya que existen diferencias cruciales que conviene tener en cuenta antes de decidir cuál usar en una situación específica.
Una tarjeta de débito está directamente vinculada a tu cuenta bancaria. Cuando pagas con ella, el dinero se descuenta inmediatamente del saldo disponible en tu cuenta corriente. Es un método simple y eficiente para controlar tus gastos, ya que solo puedes utilizar el dinero que realmente tienes.
La tarjeta de débito es ideal para compras diarias y para obtener efectivo de cajeros automáticos sin comisiones, siempre que uses los cajeros de tu entidad bancaria o de entidades con las que tu banco tenga acuerdos. A diferencia de las tarjetas de crédito, no suelen ofrecer seguros ni beneficios adicionales, pero a cambio no generan ningún tipo de deuda ni cargo de intereses.
Por otro lado, una tarjeta de crédito te permite realizar compras o retirar dinero basándote en una línea de crédito que te otorga el banco. El dinero que gastas no es tuyo, sino un préstamo que deberás devolver, generalmente a fin de mes o en cuotas mensuales con intereses, dependiendo del contrato que tengas con tu entidad.
Este tipo de tarjetas ofrece ciertas ventajas adicionales, como seguros gratuitos (viajes, accidentes, compras) y, en algunos casos, programas de recompensas por el uso. Sin embargo, es importante tener en cuenta que utilizar una tarjeta de crédito de manera irresponsable puede generar altos intereses, especialmente si eliges la modalidad de pago aplazado.
La principal diferencia entre ambas tarjetas radica en la fuente del dinero. Con una tarjeta de débito, el dinero sale directamente de tu cuenta bancaria, mientras que con una tarjeta de crédito, utilizas el dinero que te presta el banco. Esto implica que con una tarjeta de débito no puedes gastar más de lo que tienes, mientras que con una de crédito puedes gastar hasta el límite de la línea de crédito.
Otra diferencia significativa es el coste asociado. Las tarjetas de débito no generan intereses, mientras que las tarjetas de crédito pueden implicar altos intereses si no pagas el saldo a tiempo. Además, las tarjetas de crédito pueden ofrecer beneficios adicionales, como seguros y recompensas, algo que no suele estar disponible con las tarjetas de débito.
Síguenos en nuestro canal de WhatsApp y no te pierdas la última hora y toda la actualidad de antena3noticias.com