Vivienda
El auge de los precios en el mercado inmobiliario hace cada vez más inaccesible tener una vivienda en propiedad.
La falta de vivienda en España se ha convertido en un problema los últimos años. La desigualdad entre la oferta y demanda inmobiliaria ha elevado tanto los precios que cada vez es más difícil ser propietario. En el último año, se han levantado poco más de 100.000 viviendas (116.285 viviendas), una cifra muy por debajo de las 600.000 que, según el Banco de España, son necesarias para equilibrar el mercado.
Además, el 59% de estas nuevas viviendas se están concentrando en solo ocho provincias: Madrid (18.895), Barcelona (12.809), Sevilla (9.126), Málaga (8.056), Alicante (6.688), Valencia (5.242), Baleares (3.741) y Murcia (3.585).
La construcción de pisos se ha mantenido constante desde 2022, mientras que la demanda no para de crecer. Con un mercado inmobiliario tan tensionado, cada vez más inquilinos ven imposible convertirse en propietarios. Cuatro de cada 10 inquilinos son arrendatarios porque no pueden permitirse comprar una vivienda.
Según un estudio realizado por el portal inmobiliario Fotocasa, el 43% de los inquilinos no puede acceder a una vivienda en propiedad, cinco puntos más que el año anterior, cuando se situaba en el 38%. Según explica la directora de Fotocasa, María Matos, se prevé que este porcentaje incremente durante los próximos años por varios motivos.
El factor principal es la subida de precios, una constante en el mercado inmobiliario desde 2022 que está alcanzando registros superiores a los de la crisis de 2007. Además, con la bajada de los tipos de interés aprobada por el Banco Central Europeo, que entrará en vigor el 18 de septiembre, las hipotecas van a ser más accesibles, incrementando la demanda de estas. Eso dinamizará el mercado, pero también aumentará el desequilibrio que existe entre la oferta y la demanda de viviendas, por lo que el mercado inmobiliario seguirá tensionándose.
Otro factor que dificulta a los inquilinos el comprarse una casa, sobre todo a los jóvenes, es la precariedad laboral. Con los alquileres en máximos históricos, los arrendatarios tienen que destinar un gran porcentaje de sus ingresos a pagar las mensualidades.
Si a esto le sumamos el aumento del coste de la vida, la cantidad de sus ahorros que pueden destinar a una futura entrada es mínima. Ante esta situación, muchos inquilinos ven lejana la posibilidad de convertirse en propietarios. Hasta que no se equilibre el mercado del inmueble, los precios seguirán siendo inaccesibles para ellos.
Los expertos señalan que la falta de suelo, es decir, espacios para construir, es uno de los factores que más impiden edificar. A todo esto se une las faltas de autorizaciones administrativas o licencias de construcción a pesar de que el mercado lo requiera. Otro de las circunstancias que enfría el inicio de nuevas obras es la falta de financiación. Santiago Carbó, director de Estudios Financieros de FUNCAS estima que habrá un déficit hasta el año 2032 y que serán necesarias 200.000 viviendas por año.
Por el contrario, en la España vaciada, provincias como Zamora, Soria, Palencia, Teruel o Ávila los datos de nuevas construcciones son mucho más bajos que los que encontramos en capitales como Madrid o Barcelona.
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